martes, 7 de abril de 2009
bebidas energéticas no apropiadas para las cardiopatías
CARDIOLOGÍA I/I
Los cardiópatas e hipertensos deben evitar las bebidas energéticas
JANO.es · 06 Abril 2009 11:45
Incrementan la frecuencia cardíaca en torno a un 8% y la presión arterial en un 7%
De acuerdo con las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores del Henry Ford Hospital de Detroit (Estados Unidos) y publicado en el último número de la revista Annals of Pharmacotherapy (2009;43:596-602), la población con hipertensión arterial o enfermedad coronaria no debe consumir bebidas energéticas. No en vano, los resultados muestran que las personas sanas que consumen dos o tres latas de este tipo de bebidas experimentan un aumento de la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca, incrementos que pueden resultar insignificantes para estas personas, pero que, como advierten los autores, “pueden ser un problema para los pacientes con afectación cardiovacular”.
Las bebidas energéticas, comercializadas para potenciar la vitalidad y la función cerebral, suelen contener cafeína, taurina, vitaminas y otros suplementos nutricionales. Así, y para evaluar el efecto sobre la presión arterial y el corazón, los investigadores evaluaron a 15 voluntarios sanos con edades comprendidas entre los 20 y los 39 años que se abstuvieron de consumir otras formas de cafeína durante los dos días anteriores al estudio y durante el desarrollo del mismo. Analizadas su presión arterial y frecuencia cardíaca basales, los participantes consumieron dos latas de bebida energética, tras lo cual los investigadores volvieron a evaluar su presión y frecuencia en diferentes momentos.
Las pruebas mostraron que la frecuencia cardíaca media se incrementó una media del 7,8% el primer día y del 11% el séptimo día. La presión arterial se incrementó al menos un 7% los días primero y séptimo.
En palabras del Dr. James S. Kalus, director del estudio, “incrementos en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca de la magnitud observada en nuestro trabajo podrían resultar significativos en personas con enfermedad cardiovascular conocida”. Un riesgo que también englobaría a aquellos jóvenes no diagnosticados o con enfermedad cardiovascular prematura.
Así, los investigadores concluyeron que las bebidas energéticas –que en ningún caso deben ser confundidas con las bebidas isotónicas o ‘deportivas’, que reponen los electrolitos y carbohidratos que el cuerpo necesita–, “podrían ser, teóricamente, una causa frecuente y subestimada de ineficacia de la medicación o incluso de consultas en los servicios de Urgencias o ingreso hospitalario”.
Annals of Pharmacotherapy (2009;43:596-602)
Henry Ford Hospital
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