martes, 21 de abril de 2009
complejo MRE-11
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INVESTIGACIÓN
DIARIO MÉDICO - ESPAÑA
El complejo MRE-11 se asocia a una mayor quimiosensibilidad
El complejo MRE-11, una vía alternativa de reparación del ADN, presente en tumores como los linfomas, se ha asociado con una mayor quimiosensibilidad de los linfomas, según los estudios llevados a cabo en modelos animales por Travis Stracker, nuevo fichaje del IRB Barcelona.
Patricia Morén. Barcelona - Martes, 21 de Abril de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
El complejo MRE-11, integrado por tres proteínas y que es una vía alternativa de reparación del ADN cuando se ha producido una mutación, se ha asociado con una mayor quimiosensibilidad de los linfomas, según estudios llevados a cabo en modelos murinos.
El objetivo de Stracker es identificar proteínas de señalización del daño celular y de prevención del cáncer, útiles como dianas y supresores tumorales
Este es uno de los hallazgos de un trabajo inédito que ya ha sido aceptado en Molecular Cell y cuya autoría corresponde, entre otros autores, a Travis Stracker, un joven científico norteamericano nacido en Ohio en 1974.
Stracker se ha convertido en el último fichaje del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona). Procedente del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, de Nueva York, se va a encargar de poner en marcha el laboratorio de Inestabilidad Genómica y Cáncer del IRB Barcelona.
El complejo MRE-11, formado por tres proteínas (MRE-11, RAD50 y NBS1), actúa como un sensor de la rotura del ADN y también es importante para su reparación y la señalización del daño.
Esta ruta se ha asociado con el desarrollo de algunos tipos de tumores como los linfomas, según se ha visto en ratones con traslocaciones que les provocan tumores como los linfomas y que requieren una ruta de reparación de ADN alternativa.
La importancia de MRE-11 radica en que permite identificar las proteínas implicadas para detener el proceso de malignización de las células tumorales. Y, además, este mecanismo haría más sensibles a las células frente a la quimioterapia (QT), lo que tiene un enorme interés, según Stracker, puesto que actualmente las células cancerosas de muchas localizaciones son resistentes a la QT.
Este proceso de reparación del ADN normalmente no se activa, sino que antes es necesario que se produzca una mutación y, después, se inicia para reparar el ADN. Asimismo, es impreciso y, por lo tanto, se asocia a la inestabilidad genómica que causa los tumores, ha añadido Stracker.
La idea de Stracker es continuar con las líneas de investigación emprendidas en tres frentes en su anterior centro. Una de ellas consiste en comprender el papel de la proteína cinasa CHK2 en la supresión de tumores utilizando modelos animales, en concreto ratones con distintas mutaciones, para entender la biología básica de la disfunción. "Muchas veces no está claro si las mutaciones son la causa o el efecto de los tumores que observamos en ratones. Intentamos comprender la supresión tumoral".
Asimismo, Stracker estudia el ciclo celular para identificar puntos cruciales y ayudar a mantener la integridad genómica de la célula. En particular, analiza la fase G2/M, como check point o punto que previene de la división a las células con el ADN dañado. Y analiza la inestabilidad genética como un marcador global de los tumores.
Finalmente, otra de las líneas de estudio es la respuesta del ADN, las alteracionse cromosómicas y su estructura. El ADN no está desnudo, sino cubierto de una proteína que lo compacta, la cromatina, recuerda Stracker. Al romperse la estructura de la cromatina, no se entiende bien qué sucede en este proceso.
Los objetivos
En suma, los objetivos del grupo de Stracker son identificar nuevas proteínas, como el complejo MRE-11, implicadas en la señalización del daño celular y la prevención del cáncer para poder usarlas como potenciales supresores tumorales y dianas para tratar el cáncer.
Stracker ha manifestado su intención de trabajar durante un periodo estable en el IRB Barcelona, en el Parque Científico de Barcelona, al brindarle instalaciones y una masa crítica de científicos de interés para sus líneas de investigación.
El perfil del investigador
Travis Stracker investiga en el área de genética del cáncer desde que se doctoró en biología por el Instituto Salk de Estudios Biológicos, de la Un¡versidad de California, en 2002. Después se trasladó al Sloan Kettering de Nueva York, donde ha trabajado seis años como investigador asociado en el laboratorio de John Petrini. Ahí ha descubierto tres importantes proteínas para la reparación del ADN. Es miembro de la Leukemia and Lymphoma Society, que ha financiado su línea de investigación en leucemia. Y ahora acaba de incorporarse al IRB Barcelona donde dirigirá el laboratorio de Inestabilidad Genómica y Cáncer, que inicialmente tiene previsto arrancar con un equipo de siete investigadores
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