lunes, 13 de abril de 2009

depresión y patología terminal: oportunidades y decisiones clínicas



Diariomedico.com
Depresión y patología terminal requieren distinto tratamiento
Los enfermos terminales en ocasiones son víctimas de la depresión. Sin embargo, ambas cuestiones requieren un tratamiento distinto, pues mientras que la enfermedad terminal es un proceso de adaptación, la depresión requiere un tratamiento más agresivo y farmacológico.
Enrique Mezquita. Valencia 13/04/2009


Cuando un paciente recibe la noticia de que su enfermedad está en fase terminal, a ninguna persona, empezando por los propios profesionales sanitarios, le sorprende que su reacción sea de tristeza, abatimiento y dolor. Sin embargo, aunque parezca algo intrascendente, es muy importante analizar y estar atentos a qué se debe esta reacción, ya que puede ser consecuencia de dos procesos distintos y con abordajes y manejos propios: el duelo preparatorio o una depresión.

El primero es un proceso de adaptación normal con reacciones orgánicas, sociales y psicológicas asociadas a la percepción de pérdida, pero que puede evolucionar hacia la adaptación y manejo de la nueva situación con la ayuda de psicoterapeutas y una buena comunicación. La depresión, sin embargo, es un proceso que requiere un abordaje más agresivo y farmacológico para mitigar las manifestaciones y sufrimientos añadidos.

Según ha explicado Manuel Hernández, médico de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital Lluís Alcanyís, de Játiva, "uno de los principales problemas en este terreno es que apenas existen estudios -en España no se conoce la incidencia de depresión en enfermos terminales, pero algunos estudios foráneos la sitúan en el 2-3 por ciento de este tipo de pacientes- y además resulta muy difícil diferenciar inicialmente ambos procesos, ya que la mayoría de las respuestas y datos que nos facilita el cuestionario DSM-III que empleamos para la valoración de la depresión podrían servir también para el duelo preparatorio".

En su opinión, el factor tiempo es clave para sospechar la depresión. Según Hernández, "independientemente de las complicaciones, los profesionales sanitarios deben tener en cuenta que es un proceso que puede darse", y ha hecho hincapié en que "es muy importante evitar los extremos con estos pacientes: ni hay que dejar de prestarles atención antes de tiempo, ni darles a todos antidepresivos, al margen de si los necesitan o no".

Proyecto de investigación

Para comprender aún mejor el proceso, Hernández y el psicoterapeuta familiar Rubén E. Bild han puesto en marcha un proyecto basado en la adaptación al castellano y el análisis de la fiabilidad y validez del cuestionario TIGDS (Terminally III Grief or Depresion Scale) para la diferenciación entre ambos fenómenos. "Se trata de un cuestionario de origen canadiense y las preguntas van encaminadas a poder discernir entre depresión y duelo preparatorio, incidiendo en cuestiones de sentimientos, esperanzas de futuro, la actitud ante el despertar de la mañana, etc."

Gracias a una subvención de la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana se podrá iniciar una etapa de traducción y retrotraducción del cuestionario y, tras su adaptación al castellano, se procederá a la evaluación de la validez y fiabilidad en un grupo de pacientes terminales que den su consentimiento para participar en el estudio. Finalmente, si la evaluación de los resultados y ratificación de uso lo avala, se podrá validar. Según Hernández, el proceso está previsto que dure un año.
Resumen Diario de Diariomedico.com

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