lunes, 20 de abril de 2009
genes en el retraso mental
Diariomedico.com
ESPAÑA
Hallan tres nuevos genes ligados al retraso mental
Investigadores españoles han colaborado en un estudio coordinado por el Instituto británico Wellcome Trust Sanger que ha hallado tres nuevos genes ligados al cromosoma X que producen retraso mental hereditario.
Juan Larrakoetxea. Bilbao - Lunes, 20 de Abril de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
La revista Nature Genetics publica hoy un estudio que recoge la identificación de tres nuevos genes ligados al cromosoma X que producen retraso mental hereditario. En el trabajo han colaborado dos investigadores españoles: María Isabel Tejada, responsable del laboratorio de Genética Molecular del Servicio de Bioquímica del Hospital de Cruces, en Baracaldo, Vizcaya, y Francisco Martínez Castellano, perteneciente a la Unidad de Genética del Hospital Universitario La Fe, de Valencia.
El estudio, coordinado desde el Wellcome Trust Sanger Institute, de Cambridge, ha contado también con la colaboración de equipos franceses, alemanes, australianos, holandeses, belgas, estadounidenses y sudafricanos.
Este consorcio internacional ha logrado desarrollar por primera vez una estrategia de secuenciación masiva de la mayoría de los exones correspondientes a 720 genes del cromosoma X de entre 208 familias candidatas (todas con al menos dos varones con retraso mental ligados por vía materna) con patrones de transmisión compatibles con una herencia ligada al cromosoma X.
Sobre más de 1.800 variantes de ADN halladas, el equipo se centró en aquellas mutaciones a priori más graves por producir proteínas interrumpidas o una ausencia total de ellas. ¿Estarían esas mismas variantes en la población control? Ese fue el siguiente paso una vez que se había estudiado la segregación de las mutaciones en cada una de las 208 familias.
Los resultados sólo pudieron vincular de forma consistente nueve genes a los casos de retraso mental en esas familias, de los que ya se conocían seis. Los tres genes descritos que se han identificado ahora, implicados en la aparición de retraso mental, son ZNF711 (un factor de transcripción que participa en la expresión de otros genes), SYP (con funciones sinápticas, relacionado con la epilepsia y con una posible asociación a determinados trastornos mentales), y CASK (vinculado con la transducción de la señal sináptica).
Por otra parte, después de comparar las anomalías genéticas detectadas en familiares y en individuos sanos de control, se puso de manifiesto que muchas variantes genéticas que se consideraban patológicas en realidad no lo eran. Se demostró que la pérdida completa de la función de algunos genes, alrededor del 1 por ciento de los genes en el cromosoma X, es perfectamente compatible con una vida normal.
Aplicaciones médicas
Según Isabel Tejada, el "asesoramiento genético y reproductivo" sería una de las opciones que abre el hallazgo. "En lo que a la persona afectada se refiere, nos permite poner nombre a su patología y mejorar su calidad de vida a través de una educación adaptada, ayuda de logopedas, etc. En cuanto a la familia, permite buscar posibles portadoras, ofrecerles el estudio de mutación y, si lo desean, asegurarles una descendencia sana a través de técnicas como la donación de ovocitos".
Los autores españoles señalan, sin embargo, que "la enorme complejidad del estudio del cerebro humano y de las mutaciones que se dan en los genes dificultan un análisis sistemático para un correcto cribado". De esta forma, con respecto a su aplicación práctica "todavía es necesario realizar nuevos estudios genéticos en muchos más casos sobre los genes que se han identificado".
Los avances en la investigación de este tipo de mutaciones genéticas han sido espectaculares: "Se puede decir que existen 215 ó 220 genes cuyas mutaciones producen retraso mental, y conocemos completamente la secuencia de 95 de ellos". Según los investigadores, España se codea con los países más avanzados en este tipo de análisis.
(Nature Genetics; DOI: 10.1038/ng.367).
Fuerte origen genético
El retraso mental es la discapacidad más frecuente, poniéndose en evidencia desde la infancia. Se estima, según la OMS, que afecta aproximadamente al 3 por ciento de la población de los países industrializados. Entre el 30 y el 50 por ciento de los casos
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