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INVESTIGACIÓN
La terapia celular en infarto agudo ya empieza a madurarLa regeneración del miocardio dañado es el objetivo principal de los trabajos de terapia celular, pero después de los años que lleva en marcha, aún no se dispone de los fondos necesarios para sostener los ensayos clínicos en la fase aguda de la enfermedad cardiaca.
Clara Simón Vázquez - Viernes, 24 de Abril de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
La terapia celular en regeneración cardiaca lleva varios años en marcha, tiempo en el que se han conseguido grandes logros, aunque quedan muchos aspectos por aclarar. Este periodo ha servido para dibujar dos escenarios clínicos, uno centrado en los pacientes agudos y otro con los crónicos.
Francisco Fernández-Avilés, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y director del VI Simposio Internacional de Terapia Celular e Innovación Cardiovascular, que se celebra en Madrid, ha precisado a DIARIO MÉDICO que la investigación clínica en infarto agudo de miocardio ya ha superado las fases iniciales y, según lo que recomienda la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA), está preparada para desarrollar estudios a gran escala en los que se compare placebo frente a la terapia con células de la médula ósea en la fase precoz del infarto agudo; es decir, en la primera semana. El escenario ya está maduro.
Desde el punto de vista de la investigación preclínica y clínica, fase I y II, ya se dispone de todos los requisitos, incluso los más estrictos establecidos por la EMEA y por la FDA, para entrar en los estudios a gran escala. Fernández-Avilés ha recordado que quedan por perfilar cuestiones de perfeccionamiento, "pero se cumplen ya los requisitos más estrictos". La única dificultad que hay para no seguir adelante son los fondos, "más bien la falta de fondos".
Hay un proyecto en Alemania, coordinado por Andreas Zeiher, de la Universidad de Fráncfort, con participación de otros países europeos. "La falta de fondos se debe a que no hay un producto comercialmente explotable, con lo cual sólo depende casi en exclusiva de la financianción pública".
Objetivos marcados
Fernández-Avilés ha explicado que en los pacientes con enfermedad crónica la situación aún está inmadura y la investigación preclínica se debe centrar en dos aspectos concretos: en obtener una célula realmente eficaz con un gran potencial regenerador muscular en pacientes que no tienen viabilidad, y ahí la esperanza está en las células procedentes del propio corazón o en las reprogramadas, las iPS, sin olvidarse de los sistemas de navegación que guíen el procedimiento.
En los pacientes crónicos el implante de las células tiene que ser intramuscular, no puede ser coronario, como en los agudos. Hay tres tipos de células fundamentales: las troncales, que proceden directamente del propio corazón (las células residentes), las iPS (pluripotentes inducidas) y las mesenquimales, sobre todo las procedentes de la grasa, que son las más adecuadas cuando existe isquemia.
En las fases crónicas de la enfermedad la situación aún está en fase de estudio preclínico; sobre todo "se necesitan trabajos con animal grande y en clínicos de fase I y II para garantizar la factibilidad y seguridad".
En estos casos, la financiación no es el principal escollo, ya que aquí existen productos que pueden tener una potencial explotación, por lo que la industria tecnológica puede tener interés en que se agilicen los ensayos clínicos.
Mingote y Darwin, juntos en el simposio
Darwin demostró que el hombre puede cambiar la evolución natural de al vida y eso es lo que persigue la terapia celular. Por eso, coincidiento con el bicentenario del científico británico, el VI Simposio Internacional de Terapia Celular está dedicado a él.
En su homenaje, Antonio Mingote ha reflejado como podría observar Darwin la reparación del corazón infartado, su reconstrucción a partir de la implantación de nuevas células que sustituyan a las dañadas.
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