miércoles, 15 de junio de 2011

Hacia otras formas de protección total - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
DE ENFERMEDADES LETALES
Hacia otras formas de protección total
Las vacunas, ese gran hallazgo de la humanidad, no han dejado de progresar desde que Louis Pasteur experimentara la de la rabia en tejido de conejos. Después vinieron las vacunas multivalentes y las elaboradas mediante recombinación de ADN, hasta llegar a las que emplean tecnología de vacunación inversa o ARN mensajero, por citar algunos avances. El objetivo, no obstante, es el mismo: proteger de enfermades letales. Pero ahora la eficacia también se mide en la utilidad en grupos poblaciones como ancianos y gestantes, y en mantener la inmunización sin dosis de recuerdo
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Sonia Moreno | 15/06/2011 00:00


La vacunación sigue reduciendo la mortalidad infantil.


Este lunes se reunía la primera conferencia de donantes de la Alianza Global para Vacunas (GAVI), en Londres, donde se anunció la contribución de casi 3.000 millones de euros para el programa de vacunación infantil en países en vías de desarrollo (ver DM de ayer); la Fundación Bill y Melinda Gates y el Gobierno del Reino Unido son los principales donantes. La cifra aportada supera con creces otras contribuciones filantrópicas, pero lo verdaderamente llamativo es que enfermedades como la diarrea, la neumonía, la meningitis y el sarampión, todas prevenibles mediante inmunización, supongan la cuarta parte de la mortalidad infantil en los niños de países no industrializados, según datos aportados por Orin S. Levine, del Centro Internacional de Acceso Vacunal en la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, en un informe especial que se publica esta semana en The Lancet.

El 8 de mayo de 1980, la Organización Mundial de la Salud certificó oficialmente que el mundo estaba libre de la poliomielitis; durante las tres últimas décadas, la actividad en el desarrollo y expansión de nuevas vacunas ha permitido el descenso de una importante carga de muerte y enfermedad. Ese desarrollo incluye desde las vacunas conjugadas como las de H. influenzae tipo b (Hib), ciertos neumococos y meningococos, a las nuevas vacunas combinadas que reducen el número de inyecciones, o las que incluyen adyuvantes de última generación (MF59 y ASO3) y a las repurificaciones de antiguas vacunas, como la de la tos ferina acelular (ver cuadro).

Sólo la expansión de la vacuna conjugada antineumocócica supuso la prevención de un millón de muertes anuales por infección respiratoria

ADN, punto de inflexión

Desde Louis Pasteur, las vacunas se habían desarrollado típicamente mediante aproximación empírica, pero el avance en el conocimiento biológico ha impulsado nuevas técnicas más eficientes. El punto de inflexión lo supuso el desarrollo de la vacuna contra la hepatitis B mediante tecnología de recombinación de ADN, diseñada en 1986 por el bioquímico chileno Pablo Valenzuela. Ahora el objetivo de las nuevas vacunas es extender la inmunización a las enfermedades letales de la infancia, sin excluir a adultos, gestantes y ancianos, e incluso explorar nuevas indicaciones a través de patologías no infecciosas, como ciertas enfermedades autoinmunes y el cáncer.

Al poco tiempo de introducirse la vacuna conjugada Hib, los científicos constataron que este tipo de vacunas no sólo proporcionaban una protección directa en los individuos vacunados, sino que incidían en el efecto rebaño, por el que la protección también alcanzaba a los sujetos no vacunados, y acercaban la erradicación de los patógenos. Así, se empezó a aplicar la misma tecnología para desarrollar vacunas conjugadas septavalentes contra los neumococos y otras frente al meningococo del serotipo C. Según apunta Paul Henri Lambert, del Centro de Vacunología de la Universidad de Ginebra, sólo la expansión de la vacuna conjugada antineumocócica supuso la prevención de casi un millón de muertes anuales por infección del tracto respiratorio inferior. Lambert es otro de los autores del informe sobre vacunas.

La vacunología 'inversa' utiliza la información genómica de un microorganismo para identificar potenciales objetivos antigénicos y llegar a la inmunización

Entre los principales avances experimentados en el desarrollo de las vacunas, se encuentran las vías para la selección de antígenos. La denominada vacunología inversa es una de ellas; consiste en utilizar información genómica de un microorganismo para identificar potenciales objetivos antigénicos, que no pueden desvelarse mediante los procedimientos convencionales.

Lamber explica que "este nuevo concepto ha contribuido a la identificación de antígenos frente a meningococo B, así como al desarrollo de nuevos adyuvantes para potenciar la respuesta inmune". Otra herramienta destacable es la aplicación de la biología estructural -da lugar a la llamada vacunología estructural-, que presenta la estructura del antígeno en una resolución alta; "este procedimiento ha mejorado la comprensión de los mecanismos por los que los paramixovirus se adhieren a las glicoproteínas y de esta forma entran en la superficie celular que infectan; ya se ha utilizado en el desarrollo de nuevas vacunas contra el sarampión".

Además, aparte de las enfermedades infecciosas, el uso de virus como vectores también está permitiendo introducir vacunas terapéuticas, por ejemplo en el ámbito del abordaje oncológico. Precisamente en el ámbito del cáncer, así como frente al VIH, se estudian las posibilidades de la tecnología de recombinación de ADN, que en sus inicios resultó muy prometedora, pero ahora está arrojando resultados algo decepcionantes, como reconoce Lambert. Diferente es el caso de la vacunas con ARN mensajero, que parecen aportar mejores datos, como indican ciertas vacunas terapéuticas preparadas con antígenos tumorales.

Cuestión de confianza

Al margen de los avances, los científicos implicados en el desarrollo vacunal coinciden en que el éxito de la inmunización compete a toda la sociedad. De forma periódica, se suceden olas de pérdida de confianza en las campañas de vacunación; algunas son el resultado perverso de la aplicación del principio de cautela, como cuando la FDA estadounidense recomendó en 1999 que se eliminase el tiomersal de la fabricación vacunal para reducir el nivel global de exposición a mercurio en la infancia, y eso dio pie a relacionar la vacunación con el autismo. Otras veces, la pérdida de confianza es fruto de la desinformación, como el boicot a la vacuna de la polio en 2003 que introdujo la idea en la población nigeriana de que expandía el virus del sida y causaba esterilidad. Tampoco ayudó la precipitada campaña vacunal contra la gripe H1N1, reconoce Heidi Larson, de la Escuela de Medicina Tropical de Londres, que insta a difundir la información y estar atentos a la difusión en las redes sociales de los activistas antivacunas.

Vías de desarrollo

- Aproximación empírica
: Difteria, tétanos, tos ferina, rabia, gripe, viruela, poliomielitis y tuberculosis (BCG).

- Glicoconjugación: Men ACWY, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae tipo B, grupo A de estreptococos, grupo B de estreptococos y Staphylococcus aureus.

- Vacunología inversa (vacunas existentes y potenciales): Meningococo B, estreptococo A, estreptococo B, S. aureus, Escherichia coli y Clostridium difficile.

- Nuevas generaciones de tecnología: Adyuvantes, vacunología estructural, vectores virales, vacunas de ADN y vacunas de ARN.

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