EL CONTROL Y REDUCCIÓN DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA ES UN OBJETIVO PRIORITARIO
Disminuir el peso corporal es la primera medida que debe adoptarse ante un niño hipertenso con obesidad
La incidencia de obesidad en la infancia se ha disparado en los últimos años. El aumento en su prevalencia ha ido vinculado a un incremento de hipertensión arterial.
C. D. | 08/05/2012 00:00
El manejo de ambos factores exige aumentar la sensibilidad a la insulina, teniendo en cuenta que la primera intervención en un niño obeso e hipertenso debe ser reducir su peso. Este es uno de los mensajes que ha transmitido Melvin Bonilla, director del Departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Puerto Rico.
"Hace 30 años la prevalencia de obesidad en niños era de un 2 por ciento, mientras que hoy se sitúa, según las zonas, entre el 20 y el 30 por ciento. Unido a este fenómeno, la incidencia de hipertensión arterial también ha aumentado".
Aumento de la actividad
Respecto a los mecanismos que hacen que un obeso desarrolle hipertensión, se ha referido a factores hormonales asociados. "Las adipocinas son hormonas secretadas por el tejido graso. Entre ellas se encuentra la leptina, cuya producción aumenta en pacientes obesos y se relaciona con un aumento de la actividad del sistema simpático, lo cual es causa de hipertensión. El sistema renina angiotensina que existe al nivel del adipocito también se relaciona con hipertensión en el paciente obeso". La apnea obstructiva del sueño causa asimismo hipertensión, "de modo que si tratamos la apnea la presión arterial se reduce".
En el abordaje de la hipertensión en el niño obeso es fundamental aumentar la sensibilidad a la insulina, "dado que suelen presentar síndrome metabólico asociado a resistencia a la insulina, lo cual se relaciona con hipertensión, además de con diabetes 2. La conclusión es que debemos manejar la hipertensión pero también disminuir la resistencia a la insulina como objetivo prioritario".La pauta a seguir es el uso de inhibidores del sistema renina angiotensina, tanto inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina como bloqueantes de los receptores.
En el paciente pediátrico hipertenso y obeso, la máxima es disminuir el peso, dado que puede conseguir la reducción e incluso la normalización de la presión". Este especialista ha advertido de que, aunque existe consenso sobre controlar la tensión a los niños una vez al año a partir de los tres años, e incluso antes en subgrupos, hay un infradiagnóstico de la hipertensión arterial en la infancia, sobre todo de hipertensión nocturna en pacientes con enfermedad renal y de pacientes con hipertensión enmascarada.
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