SEGÚN UN ESTUDIO PUBLICADO EN 'PLoS ONE'
Las células tumorales circulantes poseen gran variabilidad
Las células que se desprenden de los tumores hacia el torrente sanguíneo muestran una gran diversidad genética, según un estudio que se publica hoy en PLoS ONE.
Redacción | 08/05/2012 00:00
Stefanie Jeffrey, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), y sus colaboradores han descubierto que algunas de esas células tienen activados genes que les confieren el potencial de asentarse en nuevos lugares, posibilitando que el cáncer se extienda a otros órganos.
En cambio, otras presentan patrones de expresión genética completamente diferentes y pueden resultar más benignas, es decir, con una capacidad considerablemente menor de sobrevivir en nuevos tejidos.
Perfeccionamiento
Este hallazgo implica que se pueden precisar diferentes modalidades de tratamiento para el manejo de un único tipo de cáncer. Además, pone en evidencia que las actuales líneas celulares que se emplean como modelos de los cánceres humanos deben perfeccionarse, ya que muestran patrones diferentes a los que se observan en las células de pacientes.
Los autores del estudio señalan que su estudio es el primero que ha analizado una a una las células tumorales circulantes. Separarlas de las células sanguíneas no es fácil. Por eso, el equipo investigador empleó un dispositivo que permite aislarlas con un alto grado de pureza a partir de muestras sanguíneas de pacientes. La clave está en una proteína, EpCAM, que se encuentra en la superficie de las células cancerosas, pero no en las sanas.
Una vez aisladas las células de muestras de pacientes con cáncer de mama, los científicos evaluaron en cada una de ellas los niveles de expresión de 95 genes. De este modo, constataron la gran diversidad genética que muestran.
En cambio, otras presentan patrones de expresión genética completamente diferentes y pueden resultar más benignas, es decir, con una capacidad considerablemente menor de sobrevivir en nuevos tejidos.
Perfeccionamiento
Este hallazgo implica que se pueden precisar diferentes modalidades de tratamiento para el manejo de un único tipo de cáncer. Además, pone en evidencia que las actuales líneas celulares que se emplean como modelos de los cánceres humanos deben perfeccionarse, ya que muestran patrones diferentes a los que se observan en las células de pacientes.
Los autores del estudio señalan que su estudio es el primero que ha analizado una a una las células tumorales circulantes. Separarlas de las células sanguíneas no es fácil. Por eso, el equipo investigador empleó un dispositivo que permite aislarlas con un alto grado de pureza a partir de muestras sanguíneas de pacientes. La clave está en una proteína, EpCAM, que se encuentra en la superficie de las células cancerosas, pero no en las sanas.
Una vez aisladas las células de muestras de pacientes con cáncer de mama, los científicos evaluaron en cada una de ellas los niveles de expresión de 95 genes. De este modo, constataron la gran diversidad genética que muestran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario