menos eritropoyetina y menos antihipertensivos
La hemodiafiltración en línea debe ampliar sus indicaciones
La hemodiafiltración en línea, que no requiere suministro externo de líquido de reposición, reduce la mortalidad y morbilidad, y mejora de la calidad de vida, indicadores que avalan que se amplíen sus indicaciones en un mayor número de pacientes.
Enrique Mezquita. Valencia | 30/04/2012 00:00
Pedro Aljama, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba. (Enrique Mezquita)
Un aspecto que ha contribuido a mejorar la calidad de vida de los afectados y disminuir la morbimortalidad asociadas a la patología es el avance en el propio proceso de diálisis. Un buen ejemplo lo representa la hemodiafiltración en línea, que no requiere suministro externo de líquido de reposición, ya que es la máquina de diálisis la que lo fabrica (ultrapuro y en línea) a partir del propio líquido de diálisis durante el tratamiento, y cuyos resultados positivos sobre la reducción de la mortalidad y morbilidad y mejora de la calidad de vida avalan su progresiva extensión.
- La técnica se puede aplicar en cerca del 90 por ciento de los pacientes que necesitan dializarse, pero sólo la utilizan el 10 por ciento
Según ha explicado a Diario Médico Pedro Aljama, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Reina Sofía, de Córdoba, y coordinador científico de la jornada On-line Hemodiafiltration: the Journey of a Vision, organizada por Fresenius Medical Care y con el aval de las sociedades española y valenciana de Nefrología, "en la actualidad no existe ningún factor limitante de su manejo, excepto que el enfermo no tenga un acceso vascular adecuado para poder obtener los flujos sanguíneos suficientes para que el rendimiento de la técnica sea óptimo".
En este sentido, ha destacado que los aspectos económicos tampoco deben ser un obstáculo en esa extensión. "Al margen de que actualmente la economía no está en su momento más boyante y la sostenibilidad del sistema sanitario está en entredicho por múltiples cuestiones, la diferencia de coste entre una diálisis de alto flujo y una hemodiafiltración es mínima. Aunque la hemodiafiltración reclama una mayor inversión económica, la aplicación de esta técnica en los centros exige una gran cantidad de agua, dializadores específicos de alto flujo y un sistema de vigilancia permanente del líquido ultrapuro infundido, también brinda mayores y ostensibles ahorros farmacológicos, ya que necesita menos gasto en eritropoyetina y se puede ahorrar en quelantes del fósforo e incluso en antihipertensivos".
No obstante, esta visión contrasta con la situación actual. Según Aljama, aunque la técnica es susceptible de aplicarse en todos los pacientes donde sea técnicamente posible, alrededor del 90 por ciento, la realidad es que actualmente se benefician entre el 6 y el 10 por ciento". Además, se aprecian diferencias muy importantes entre comunidades autónomas en ese proceso de implantación. Respecto a las razones de esta situación, Aljama ha reconocido desconocer las causas exactas, matizando que "quizá haya un grupo de nefrólogos que aún no ven que sea una ventaja, a lo cual hay que añadir que la aplicación de la técnica añade cierta complejidad".
Por todo ello, "se puede de alguna manera estar restringiendo el uso a los enfermos en que haya más indicación". Además, el especialista ha apuntado que "es posible que algunos especialistas estén esperando resultados clínicos de algunos estudios en marcha para después aconsejar su uso, pero puedo asegurar que la experiencia actual ya avala absolutamente sus resultados".
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