MICROBIOLOGÍA | Patógenos
¿Por qué motivo se infectan las prótesis de cadera?
- La infección tras una operación de prótesis se da entre el 1 y el 3% de los casos
- Bacterias presentes en otro lugar pueden viajar hasta la prótesis e infectarla
- Puede ser un proceso agudo o crónico con distintos síntomas y causas
- El diagnóstico se puede realizar con un cultivo de los tejidos y de la prótesis
Ángeles López | Madrid
Actualizado martes 24/09/2013 17:18 horas
Una infección es la causa que llevará esta tarde a su majestad el Rey por sexta vez a quirófano en dos años y la decimotercera en su vida. Aunque la incidencia de esta complicación tras una prótesis de cadera es baja, se da entre el 1 y el 3% de todas las operaciones de este tipo, cada vez son más las personas en nuestro país con este problema debido al envejecimiento de la población y a que esta opción cada vez es más utilizada en los problemas de artrosis. Pero, ¿por qué se infectan las prótesis? ¿Se debe a una mala praxis de los cirujanos?
"Existen muchos tipos de bacterias presentes en la piel que pueden llegar a la prótesis. Aunque antes de la intervención se desinfecte, la piel no se puede esterilizar así que no todas las bacterias se eliminan. Aunque todo se haga bien es inevitable", asegura Jaime Esteban, coordinador de la Unidad Osteoarticular de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y experto de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC).
Por este motivo, existe la posibilidad de que, ante el paso de una bacteria a la zona de la prótesis, se produzca una infección aguda. No parece que sea ésta el tipo de infección que presenta el Rey, ya que se desarrollan en el primer mes tras la cirugía. Además, los síntomas que presentaría el paciente serían piel roja, caliente, supuración y, en algunos casos, fiebre; síntomas que no ha tenido el Monarca, por la información que se dio el pasado viernes en rueda de prensa.
En el caso del Rey, parece que su problema ha sido una infección crónica, que representan más del 50% de todas las infecciones de prótesis. Esta infección se da de forma más tardía y suele deberse a bacterias menos agresivas que las responsables de las infecciones agudas. Además, aunque este proceso es más frecuente en los primeros dos años tras la inserción de la prótesis, los especialistas aseguran que puede desarrollarse años más tarde, incluso hasta ocho o 10 años después de la intervención.
"Los patógenos más frecuentes en estos casos son las bacterias como los Estafilococos coagulasa, la Propionibacterium acnes o las corinebacterias. Son bacterias poco agresivas que se pegan a las prótesis creando una biocapa sobre ella", explica José Luis del Pozo, del área de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra.
Pero, ¿de dónde surgen estas bacterias? "Las bacterias pueden quedarse pegasas a la prótesis y quedar latentes durante mucho tiempo. A veces, ante un estímulo como un golpe o un exceso de peso se activan y se multiplican y es entonces cuando aparece la infección. Pero otras veces no se conoce la causa", señala del Pozo.
En ocasiones, el proceso infeccioso se da en otro lugar del cuerpo, como una infección en la vejiga o en la boca, y de ahí la bacteria pasa a la sangre que la conduce hasta la prótesis. "Por este motivo, a los pacientes con prótesis se les recomienda precauciones cuando van al dentista, o al hacerse ciertas pruebas médicas como una colonoscopia, y cuando aparece una infección se les recomienda un tratamiento precoz para evitar que la infección pase a la prótesis", explica el infectólogo de Navarra.
Otra razón que puede estar detrás de una infección de este tipo es la ingesta de fármacos que inhiban el sistema inmunológico, como son los corticoides. Los pacientes con estos tratamientos son más propensos a las infecciones o a que estas no se resuelvan ya que el sistema inmunológico está suprimido por el corticoide.
Diagnóstico
El proceso infeccioso crónico es más difícil diagnosticar que el agudo, ya que el único síntoma que da es el dolor en reposo y al caminar, que puede confundirse con el que genera un desplazamiento de la prótesis o con el propio que puede darse tras una rehabilitación."El cultivo de los tejidos que están alrededor de la prótesis es fundamental para conocer el patógeno causante de la infección y para, posteriormente, instaurar el tratamiento. De ahí que sea tan importante la toma de decisiones por equipos multidisciplinares", afirma Esteban.
Además del cultivo de los tejidos adyacentes a la prótesis, en algunos hospitales también se realiza el cultivo de sonicación, es decir, extraer la prótesis, introducirla en un recipiente y, mediante una técnica de ultrasonidos, separar de ésta las bacterias que la conolizan para, posteriormente, cultivarlas. "Esta prueba logra identificar el patógeno responsable en el 85% de los casos, frente al 60% si se realiza exclusivamente el cultivo de los tejidos", apunta del Pozo, que es autor de un artículo publicado en The New England Journal of Medicine donde se constataba la eficacia de esta prueba para mejorar el diagnóstico.
A la extracción de una muestra para cultivo y de la prótesis, se sumará una limpieza de los tejidos afectados, que se identificarán por su aspecto. Tras ella, si la intervención es en un paso, se colocará una nueva prótesis. En cambio, si la intervención es en dos tiempos, en lugar de colocar una prótesis se insertará una pieza recubierta con antibiótico y, pasadas de seis a ocho semanas, se volverá a operar al paciente para colocar la prótesis definitiva.
El tratamiento variará en función del patógeno responsable de la infección. "Si la intervención es en un solo paso, se debería haber iniciado un tratamiento empírico e intravenoso [administración de antibióticos de amplio espectro] unos días antes de la intervención. En cambio, si se da en dos tiempos, ese tratamiento puede empezar en el momento de la retirada de la prótesis y hasta que se conozca los resultados del cultivo", aclara el portavoz de la SEIMC.
La mayoría de las bacterias se cultivan en unos siete días, aunque hay patógenos que tardan hasta dos semanas. "Cuanto antes se inicie la administración de los antibióticos específicos contra el patógeno de la infección mejor, porque la terapia de amplio espectro tiene más efectos secundarios que, entre otros, podrían ir desde una alteración de la función renal hasta anomalías sanguíneas o gastroenteritis. Además, los tratamientos específicos son más eficaces y suelen ser más baratos", sostiene del Pozo.
El tratamiento intravenoso con antibióticos deberá prolongarse durante seis u ocho semanas tras la operación. Tras ese tiempo, se valora si la infección está curada, como ocurre en la mayor parte de los casos, y se procede a la colocación de la nueva prótesis.
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