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Felipe tendría que haber nacido el próximo 10 de diciembre de este año. Mercedes Álvez (31) y Claudio Brunat (38), sus papás, vienen del sur, específicamente de Ushuaia, donde fueron derivados desde el Hospital Regional a Buenos Aires.
“Estaba embarazada de mellizos. El primer día que nos derivaron me hicieron una ecografía Doppler. Allí se confirmó que el más pequeño no estaba creciendo y estaba muy comprometido. Había que sacarlos inmediatamente”, cuenta Mercedes.
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A pesar de la necesidad, existe una realidad: la no tan desarrollada regionalización del sistema de salud argentino, hace que ocurran dificultades al momento de derivar pacientes que necesitan atención perinatal de mayor complejidad.
“Si hubieran nacido antes, las chances del gemelo más pequeño podrían haber sido mayores, pero cuando llegaron al Austral el sufrimiento fetal ya era muy importante lo que llevó a que su organismo no soportara la transición de la vida extrauterina”, explica el Dr. Gabriel Musante, Jefe del servicio de Neonatología del Hospital Austral.
Finalmente, nació Felipe con tan sólo 27 semanas de gestación. Hace 16 días que se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Austral. “Llegamos el 10 de septiembre a Pilar y estamos alojados, desde entonces, en un hotel en frente al hospital”, expresa con cara de cansancio el flamante papá.
Más allá de los días puntuales -como la semana Mundial del prematuro- el Dr. Musante señala “los niños prematuros requieren atención y asistencia todo el año”, y aclara “cuanto menos tiempo de gestación o menos peso al nacer, más posibilidades de complicaciones y secuelas futuras hay”.
De acuerdo con el último informe de UNICEF, cada vez más bebés nacen más prematuros. En el año 2011, el 8,5% del total de los nacimientos (64.386 niños) ocurrieron antes de la semana 37; mientras que en el año 2000, fue el 7,8%. A pesar de esto, entre 1990 y 2011 se redujo en un 54% de la mortalidad infantil.
Según esta investigación, la regionalización de la atención materno-neonatal es una de las estrategias con mayor impacto en la reducción de la mortalidad neonatal. Esto significa que el sistema de salud debe bregar porque haya lugares especializados, con calidad de atención y resultados, a lo largo de todo el país y sistemas de traslados apropiados disponibles, entre otras cosas.
Con respecto a la vuelta a casa, Mercedes comenta que, si todo sigue bien, en diciembre regresan a su hogar. “Es muy importante la contención que sentimos en este momento a nivel humano, es una situación difícil pero ahora nos sentimos en paz sabiendo que nuestro bebé está al fin en un lugar seguro”, agrega.
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