mecanismos moleculares
La disminución de la mitofusina-2 se asocia a obesidad
La reducción de la proteína mitofusina-2 favorece la resistencia a la leptina, implicada en el apetito y el peso.
Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com | 27/09/2013 00:00
Enric Banda, director de Investigación de la Obra Social La Caixa; Marc Schneeberger, primer firmante del estudio; Marc Claret, investigador principal del trabajo, y Ramon Gomis, director del Idibaps. (Obra Social "La Caixa")
El trabajo, que publica en portada la revista Cell, aporta nuevas pistas sobre los mecanismos moleculares implicados en el desarrollo de la obesidad y pone sobre la mesa una nueva vía para combatir esta patología, que en los últimos años está tomando dimensiones de epidemia, especialmente en los países desarrollados.
En condiciones normales, la leptina se secreta ante una ingesta elevada de grasas y es la encargada de informar sobre el estado energético del organismo para que el individuo sienta saciedad y pare de comer.
- La mitofusina-2 es la responsable de la unión física entre la mitocondria y el retículo endoplasmático en las neuronas de tipo proopiomelanocortina, que median la leptina
- Un tratamiento farmacológico basado en proteínas chaperonas pudo normalizar estas alteraciones y revertir la obesidad en ratones transgénicos
Los científicos han podido comprobar que los ratones sometidos a una dieta rica en grasas presentaban una disminución de mitofusina-2 en las neuronas POMC, lo que generaba la separación de las mitocondrias con el retículo endoplasmático y, con ello, el estrés de este orgánulo. Como consecuencia, estos animales de experimentación se volvían resistentes a la leptina y engordaban hasta llegar a la obesidad, a diferencia de los del grupo control, que se mantenían en su peso.
Señales alteradas
Posteriormente, este grupo de trabajo generó ratones transgénicos que carecían de mitofusina-2 en las neuronas POMC y pudieron comprobar que estos animales comían más y ganaban más peso, ya que tenían alteradas las señales de saciedad y gasto energético. Además, se pudo comprobar que, al aliviar el estrés del retículo endoplasmático por medio de un tratamiento farmacológico basado en proteínas chaperonas, las alteraciones moleculares se normalizaron y la obesidad se pudo revertir.
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