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Institutos Nacionales de la Salud
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Un estudio sugiere que los adolescentes estadounidenses empiezan a perder peso
Los adolescentes están comiendo más sano y haciendo más ejercicio
Traducido del inglés: martes, 17 de septiembre, 2013
La nueva investigación muestra que la cantidad de adolescentes obesos se mantuvo constante y la tasa de adolescentes con sobrepeso disminuyó ligeramente entre 2005 y 2006 y entre 2009 y 2010.
Los adolescentes afirmaron que comían más frutas y verduras, comían el desayuno más a menudo entre semana y eran más activos. Además, comían menos dulces, bebían menos bebidas azucaradas y pasaban menos tiempo viendo la televisión, según el estudio.
"En las últimas cuatro o cinco décadas, hemos visto cómo las dietas empeoraban, la actividad física se reducía y había más adolescentes obesos", afirmó el autor principal del estudio, Ronald Iannotti, catedrático y profesor de ciencias del ejercicio y la salud de la Universidad de Massachusetts, en Boston. "Veíamos que en cada década se producía el mismo patrón. La buena noticia es que al parecer en la primera década de este siglo las cosas empiezan a ir a mejor".
"Al mismo tiempo, todavía tenemos un largo camino por recorrer", afirmó Iannotti, que estaba en el Instituto de Salud Infantil y Desarrollo Humano Nacional Eunice Kennedy Shriver cuando empezó el estudio. "La recomendación es que los niños y adolescentes hagan ejercicio de forma intensa durante 60 minutos todos los días, o al menos cinco días a la semana, y la mayoría de los niños no lo están haciendo. La recomendación sobre la fruta y la verdura es que se tomen al menos 5 al día, y, de nuevo, la mayoría de los niños no están cumpliendo con ese objetivo".
Los resultados del estudio se publicaron en línea el 16 de septiembre en la revista Pediatrics.
El estudio observó a más de 34,000 adolescentes de sexto a décimo cursos durante tres periodos. El primer grupo fue estudiado de 2001 a 2002, el segundo de 2005 a 2006 y el último de 2009 a 2010.
Los estudiantes rellenaron unos formularios anualmente. Se les preguntó sobre la actividad física que realizaban, los alimentos que comían, si desayunaban, el peso y la estatura actuales y el tiempo que pasaban delante de la pantalla.
La pregunta sobre el tiempo que pasaban delante de la pantalla incluía la televisión, los videojuegos y el uso de la computadora. Iannotti afirmó que es importante observar que el uso de la computadora cambió bastante durante los periodos estudiados, de modo que quizás no hayan captado el impacto completo del tiempo que pasan con la computadora. Además, afirmó que no se preguntó a los adolescentes sobre el uso del teléfono celular, que cambió significativo durante los periodos estudiados.
En el primer grupo, el 14.9 por ciento tenían sobrepeso y el 10.3 por ciento eran obesos. En el segundo periodo, esas cifras habían aumentado hasta el 17 por ciento y el 12.7 por ciento, respectivamente. Pero, para el grupo más reciente, la tasa de adolescentes con sobrepeso había disminuido ligeramente hasta el 16.6 por ciento, y la tasa de obesidad se mantuvo en el 12.7 por ciento.
Al considerarlos por el sexo, los chicos habían conseguido logros más significativos que las chicas. La tasa de sobrepeso y obesidad se mantuvo constante en las chicas entre el segundo y el tercer periodos. Pero los chicos fueron desde un 18.4 por ciento de sobrepeso en el segundo periodo hasta el 17.4 por ciento en el tercero. Sus niveles de obesidad se redujeron muy ligeramente, desde el 14.5 al 14.4 por ciento.
Durante el estudio, el nivel de actividad física aumentó ligeramente. El tiempo viendo la televisión se redujo un promedio de aproximadamente 3.1 horas a 2.4. No obstante, el uso de los videojuegos y de la computadora aumentó un poco.
El consumo de fruta y verdura aumentó durante el estudio; los adolescentes informaron que habían consumido algo de verdura cinco o seis días a la semana. El consumo de alimentos dulces y de bebidas azucaradas disminuyó. Además, hubo un ligero aumento en los niños que tomaban el desayuno.
Al Dr. Robert Gensure, endocrinólogo pediátrico del Hospital Pediátrico Montefiore, en la ciudad de Nueva York, los resultados le parecieron reconfortantes.
"Pienso que es fantástico que tengamos alguna buena noticia, para variar, sobre todo con respecto a los adolescentes", comentó Gensure. "Midieron algunas de las cosas que serían consideradas como las 'sospechosas habituales', y al parecer iban en la buena dirección".
"Hasta cierto punto, esto valida las campañas de salud pública y otros esfuerzos que se están haciendo", afirmó. "Pero tenemos que saber qué intervenciones están funcionando".
Sharon Strohm, gerente de la unidad de educación sobre nutrición clínica y diabetes del Hospital Pediátrico de Pittsburgh, señaló que las campañas de salud pública y los programas de concienciación han de continuar.
"Todas las veces que se pueda enviar el mensaje de una vida saludable y repetirlo serán de ayuda", indicó.
Los padres no deberían olvidar que tienen el papel de modelos, incluso para sus hijos adolescentes, señaló Strohm. "Si sus hijos ven que usted intenta comer bien y mantenerse sano, eso se les contagiará a ellos", comentó.
Iannotti afirmó que los padres deberían animar a sus hijos a que hagan ejercicio físico. "Den un paseo después de cenar o hagan otra cosa activa como familia, y así se reducirá el tiempo delante de la pantalla también" afirmó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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