VACUNAS
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Investigación española
Un virus sintético contra el verdadero coronavirus
Hace 30 años que el equipo de Luis Enjuanes se las ve con distintos
tipos de coronavirus, como el que hace 10 años causó la epidemia de
neumonía atípica en el sudeste asiático y el nuevo MERS que en junio de 2012 surgió en la Península Arábiga. Toda esa experiencia les ha permitido diseñar un 'coronavirus sintético' que podría sentar las bases para una futura vacuna eficaz contra este patógeno.
De momento, el ya llamado coronavirus respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) ha afectado ya a 114 personas en 10 países (la mayoría vecinos de Arabia Saudí, pero también varios europeos). Aunque la cifra es muy inferior a las 8.000 infecciones causadas por el SARS en China en 2002, lo que preocupa a los científicos es la elevada tasa de mortalidad del nuevo coronavirus saudí, que ronda el 50% (hay ya 54 fallecidos).
Por ese motivo, equipos científicos de todo el mundo -como el que Enjuanes dirige en el Centro Nacional de Biotecnología- trabajan de cerca con este nuevo virus respiratorio para tratar de adelantarse a las consecuencias que tendría una mayor propagación. De momento, aunque un trabajo reciente ha señalado la eficacia de un cóctel de antivirales en monos, no existe ni tratamiento ni vacuna disponible.
Los resultados que Enjuanes y su equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publican en la revista 'mBio' (la publicación oficial de la Sociedad Americana de Microbiología) podrían sentar las bases de una futura vacuna contra este virus, segura y eficaz en humanos.
Como el propio Enjuanes explica a ELMUNDO.es, lo primero que hicieron fue 'crear' en el laboratorio un coronavirus sintético a partir del genoma publicado del MERS; es decir no trabajaron con muestras del virus real extraidas de pacientes infectados. De alguna manera, admite el virólogo español, "el intercambio de muestras con Arabia Saudí no está resultando todo lo fluido que debería".
Con ese virus sintético, los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) situado en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid, comenzaron sus 'pruebas genéticas'. "Sabemos que estos coronavirus tienen una serie de genes que no son necesarios para su supervivencia, pero que les facilitan la invasión del huésped", prosigue Enjuanes. Uno por uno probaron a ir eliminando esos genes 'no necesarios' del virus, hasta dar con uno clave: "Descubrimos un gen en la envuelta del virus que permite que el genoma del virus se pueda replicar en la célula una vez que la infecta, pero que no le permite propagarse a otras células". Es decir, sin dicho gen, el coronavirus es capaz de replicarse, pero no de propagarse ("ni dentro de las células de dicho individuo ni, mucho menos, de un individuo a otro").
Y aunque de momento se ha probado únicamente en células humanas, los experimentos con animales (tanto ratones como monos) están ya listos para demostrar que ese coronavirus sintético carente de una proteína puede ser un candidato eficaz de vacuna contra el virus real. Es decir, "la vacuna inyectada sólo se replicará en un número reducido de células y producirá suficiente antígeno para inmunizar al huésped", de forma que éste no pueda infectar a otras personas.
Para llevar a cabo esta investigación en nuestro país, el CSIC dispone de un laboratorio de contención virológica de nivel 3+ y ha sido necesario el permiso de la Comisión Nacional de Seguridad Biológica. "No puedes trabajar con un patógeno de esas características sin ese permiso", subraya el virólogo español.
De hecho, Enjuanes colabora con varios laboratorios europeos y estadounidenses que trabajan en el control de patógenos animales relevantes, como este nuevo coronavirus. De momento, hay 114 personas infectadas en todo el mundo (según los últimos datos difundidos por la OMS), aunque como explica el biólogo español, los fallecimientos han afectado siempre a personas con patologías previas (como diabetes o insuficiencia renal).
"La transmisibilidad del MERS a día de hoy es baja, pero el virus se ha detectado en 10 países y es probable que esté extendido ya por todo el mundo, aunque no lo veamos porque esté produciendo síntomas leves". Seguir vigilantes impedirá, concluye, que el MERS adquiera nuevas mutaciones que le permitan transmitirse con más facilidad entre personas.
De momento, el ya llamado coronavirus respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) ha afectado ya a 114 personas en 10 países (la mayoría vecinos de Arabia Saudí, pero también varios europeos). Aunque la cifra es muy inferior a las 8.000 infecciones causadas por el SARS en China en 2002, lo que preocupa a los científicos es la elevada tasa de mortalidad del nuevo coronavirus saudí, que ronda el 50% (hay ya 54 fallecidos).
Por ese motivo, equipos científicos de todo el mundo -como el que Enjuanes dirige en el Centro Nacional de Biotecnología- trabajan de cerca con este nuevo virus respiratorio para tratar de adelantarse a las consecuencias que tendría una mayor propagación. De momento, aunque un trabajo reciente ha señalado la eficacia de un cóctel de antivirales en monos, no existe ni tratamiento ni vacuna disponible.
Luis Enjuanes.| EM
Los resultados que Enjuanes y su equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publican en la revista 'mBio' (la publicación oficial de la Sociedad Americana de Microbiología) podrían sentar las bases de una futura vacuna contra este virus, segura y eficaz en humanos.
Como el propio Enjuanes explica a ELMUNDO.es, lo primero que hicieron fue 'crear' en el laboratorio un coronavirus sintético a partir del genoma publicado del MERS; es decir no trabajaron con muestras del virus real extraidas de pacientes infectados. De alguna manera, admite el virólogo español, "el intercambio de muestras con Arabia Saudí no está resultando todo lo fluido que debería".
Con ese virus sintético, los investigadores del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) situado en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid, comenzaron sus 'pruebas genéticas'. "Sabemos que estos coronavirus tienen una serie de genes que no son necesarios para su supervivencia, pero que les facilitan la invasión del huésped", prosigue Enjuanes. Uno por uno probaron a ir eliminando esos genes 'no necesarios' del virus, hasta dar con uno clave: "Descubrimos un gen en la envuelta del virus que permite que el genoma del virus se pueda replicar en la célula una vez que la infecta, pero que no le permite propagarse a otras células". Es decir, sin dicho gen, el coronavirus es capaz de replicarse, pero no de propagarse ("ni dentro de las células de dicho individuo ni, mucho menos, de un individuo a otro").
Y aunque de momento se ha probado únicamente en células humanas, los experimentos con animales (tanto ratones como monos) están ya listos para demostrar que ese coronavirus sintético carente de una proteína puede ser un candidato eficaz de vacuna contra el virus real. Es decir, "la vacuna inyectada sólo se replicará en un número reducido de células y producirá suficiente antígeno para inmunizar al huésped", de forma que éste no pueda infectar a otras personas.
Próximos pasos
Sin embargo, antes de probar esa vacuna en humanos habrá que esperar a los resultados de los ensayos con animales. Además, para tener el visto bueno de las autoridades sanitarias, esa futura vacuna debería tener otros 'sistemas de seguridad' (además de carecer de la proteína E), que impidieran que el virus pueda adquirir virulencia por medio de otros mecanismos; una vía en la que ya está trabajando el equipo que lidera Enjuanes, informa Europa Press.Para llevar a cabo esta investigación en nuestro país, el CSIC dispone de un laboratorio de contención virológica de nivel 3+ y ha sido necesario el permiso de la Comisión Nacional de Seguridad Biológica. "No puedes trabajar con un patógeno de esas características sin ese permiso", subraya el virólogo español.
De hecho, Enjuanes colabora con varios laboratorios europeos y estadounidenses que trabajan en el control de patógenos animales relevantes, como este nuevo coronavirus. De momento, hay 114 personas infectadas en todo el mundo (según los últimos datos difundidos por la OMS), aunque como explica el biólogo español, los fallecimientos han afectado siempre a personas con patologías previas (como diabetes o insuficiencia renal).
"La transmisibilidad del MERS a día de hoy es baja, pero el virus se ha detectado en 10 países y es probable que esté extendido ya por todo el mundo, aunque no lo veamos porque esté produciendo síntomas leves". Seguir vigilantes impedirá, concluye, que el MERS adquiera nuevas mutaciones que le permitan transmitirse con más facilidad entre personas.
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