Las exposiciones tempranas a sustancias químicas podrían afectar la salud de los senos, según un informe
Científicos recomiendan evaluar sustancias químicas comunes por su posible daño al desarrollo de las glándulas mamarias
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Traducido del inglés: jueves, 23 de junio, 2011
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MIÉRCOLES, 23 de junio (HealthDay News / www.HolaDoctor.com) -- La exposición a ciertas sustancias químicas comunes en los periodos críticos del desarrollo de los senos podría afectar su crecimiento, la capacidad de amamantar y el riesgo de cáncer de mama, asegura un informe reciente.
Algunas de esas sustancias químicas se encuentran en productos comunes para el hogar, como ciertos tipos de botellas de plástico, comida enlatada y detergentes para la ropa, señalaron los investigadores.
Teniendo esto en cuenta, los autores del estudio hicieron una llamada por directrices de evaluación química para el sector, que obligue a los científicos a evaluar los efectos de las sustancias químicas sobre el desarrollo de las glándulas mamarias.
Científicos del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de EE. UU., la Agencia de Protección Ambiental y el Instituto Silent Spring colaboraron en el informe, que aparece en la edición en línea del 22 de junio de la revista Environmental Health Perspectives.
"Si intentamos averiguar qué causa el cáncer de mama, tenemos que tener en cuenta los senos cuando hacemos pruebas de seguridad química", aseguró Ruthann Rudel, directora de investigación del Silent Spring.
Actualmente, los protocolos de evaluación no requieren la observación de tejidos mamarios, apuntó Rudel, así que se hace raras veces. "Podríamos estar obviando muchas cosas", sentenció.
Los expertos creen que estas alteraciones tempranas de las glándulas mamarias debidas a la exposición química podrían aumentar el riesgo de efectos nocivos posteriores. Esto podría incluir problemas con la lactancia (la secreción de leche materna), crecimiento anómalo de senos en los hombres y cáncer de mama.
De hecho, uno de los motivadores del estudio fue un aumento en el desarrollo precoz de senos en niñas, que se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de mama.
El informe también anotó que aunque los expertos recomiendan que todos los bebés sean exclusivamente amamantados durante seis meses, entre tres y seis millones de mujeres de EE. UU. no pueden producir leche o tienen dificultades para amamantar cada año.
Los científicos entrevistaron a 18 expertos, revisaron investigaciones y hablaron del tema en un taller a finales de 2009. Han enviado su solicitud a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con sede en París, pidiéndole que añada la evaluación del tejido mamario a sus directrices.
La organización internacional desarrolla directrices para la evaluación de las sustancias químicas en cuanto a su seguridad, efectos sobre la salud humana y efectos ambientales. "Es una llamada para que las agencias gubernamentales que desarrollan políticas se aseguren de que la evaluación de las glándulas mamarias sea obligatoria", dijo Rudel.
Los representantes del sector afirmaron que la revisión era bienvenida.
"Este taller, que proveyó un foro para la discusión científica, no produjo datos ni resultados relevantes para los consumidores, y por tanto los comentarios de la reunión no deben causar preocupación indebida", afirmó Kathryn St. John, vocera del American Chemistry Council. "Según su revisión de estudios animales llevados a cabo por los científicos participantes, el grupo consideró formas para cambiar las pruebas de seguridad química, y conversó sobre la relevancia de los resultados científicos potenciales para la salud humana".
Según Rudel, los tres hallazgos principales de la revisión fueron:
•Los roedores son modelos de prueba razonables, y se deben usar para evaluar los peligros para los humanos.
•Los senos pueden ser más sensibles a la exposición química que otros tejidos, y en algunos casos el tejido mamario masculino tuvo la mayor sensibilidad.
•La exposición química de las glándulas mamarias en desarrollo puede alterar la susceptibilidad a agentes causantes de cáncer.
En el informe, los expertos concluyeron que las exposiciones ambientales a principios de la vida pueden alterar el desarrollo de las glándulas mamarias, trastornar la producción de leche y aumentar la susceptibilidad al cáncer de mama. "La evaluación del desarrollo de las glándulas mamarias se debe incorporar en las directrices de evaluación química y del riesgo", añadieron.
Según el informe, entre las sustancias químicas que se sabe afectan el desarrollo de los senos y la susceptibilidad al cáncer de mama en estudios animales se encuentran pesticidas como la atrazina, usada en agricultura; dioxinas, un contaminante químico encontrado en algunos alimentos grasos; el bisfenol A (BPA), que se encuentra en las botellas de agua y la comida enlatada; los retardantes del fuego hechos con éteres de polibromobifenilos (PBDE) y el nonilfenol (un producto secundario que se encuentra en algunos detergentes para la ropa).
Aunque se están haciendo esfuerzos por controlar algunas de estas exposiciones químicas, los expertos dijeron que las evaluaciones obligatorias son esenciales. Rudel especuló que las mujeres con predisposiciones genéticas al cáncer de mama podrían estar en mayor riesgo a partir de estas exposiciones.
Los autores del estudio no declararon conflictos financieros de interés.
La revisión "da la alarma", aseguró Olga Naidenko, científica principal del Environmental Working Group, una organización de defensoría de Washington, D.C. Revisó el informe pero no participó en su creación.
Naidenko concurrió en que hay una brecha en el estudio de los efectos de la exposición química sobre las glándulas mamarias. "Los científicos no han estudiado muchos compuestos químicos".
Mientras tanto, dijo que aunque algunas exposiciones son difíciles de evitar, hay medidas que se pueden tomar para minimizarlas.
Evitar el plástico BPA en las botellas (que algunos fabricantes han dejado de usar) es un paso. Comprar productos orgánicos siempre que sea posible podría también ayudar a los consumidores a evitar el pesticida atrazina.
Evitar la comida enlatada (que también puede contener BPA en el recubrimiento) y el compuesto DEHP, enfocándose en los alimentos frescos en la dieta, también puede reducir los niveles de esas sustancias químicas en el organismo, según el Instituto Silent Spring.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Ruthann Rudel, research director, Silent Spring Institute, Newton, Mass.; Olga Naidenko, Ph.D., senior scientist, Environmental Working Group, Washington, D.C.; Kathryn St. John, spokeswoman, American Chemistry Council; June 22, 2011, Environmental Health Perspectives online.
HealthDay
(c) Derechos de autor 2011, HealthDay
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