sábado, 14 de septiembre de 2013

Abordaje de comorbilidades en el autismo - DiarioMedico.com

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Trabajo multidisciplinar

Abordaje de comorbilidades en el autismo

El presidente de la Academia Iberoamericana de Neurología Pediátrica afirma que es necesario un abordaje completo para identificar las patologías asociadas al autismo.
Enrique Mezquita. Valencia   |  12/09/2013 17:54

Víctor Ruggieri
Víctor Ruggieri, presidente de la Academia Iberoamericana de Neurología Pediátrica ()

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta en los primeros años de vida y que se caracteriza por un compromiso en la integración y el interés social, conductas repetitivas o estereotipadas y trastorno de habilidad social. En los últimos tiempos esta disfunción se ha visto especialmente reconocida como problema médico, sobre todo al amparo de su gran incidencia (según un estudio de 2011 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, uno de cada 88 niños presenta un trastorno del espectro autista o TEA).
  • La implicación de profesionales especializados en esta patología y su actuación conjunta reduce otras alteraciones que suelen asociarse
Víctor Ruggieri, presidente de la Academia Iberoamericana de Neurología Pediátrica, ha apuntado que un abordaje multidisciplinar (neurólogos, psicólogos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales) y completo es clave también para identificar y abordar comorbilidades o patologías asociadas al autismo.

"El autismo no tiene una identificación única ni abordaje farmacológico curativo, pero el trabajo en equipo permite identificar muchas comorbilidades o fenómenos vinculados que sí tienen tratamiento". A modo de ejemplo, "una persona con autismo puede presentar trastornos de atención, y fármacos como el metilfenidato y la atomoxetina pueden mejorar la situación. Además, la risperidona o, más recientemente, el aripiprazol, pueden servir para el tratamiento de las conductas disruptivas o agresivas, la inflexibilidad o incluso mejorar algunas estereotipias".

No obstante, el neuropediatra también ha explicado que "no se debe empezar con drogas si antes no se ha intentado un abordaje previo y multidisciplinar", y ha recordado que tal medida se debe evaluar con la colaboración de los padres y los profesores.

Ruggieri también ha hecho hincapié en los signos tempranos que pueden hacer sospechar un caso de autismo. "Si durante el primer año de vida el niño no señala lo que quiere, no mira lo que le señalamos, no responde o se da la vuelta al pronunciar su nombre, entre otros, podemos pensar en la patología, una vez descartado, por supuesto, que padezca problemas auditivos", ha explicado.


Situación social
Asimismo, en muchas ocasiones se suman otras alertas, como un retraso en el desarrollo de su lenguaje (oral y comunicacional) o la tendencia a una mirada perdida y, por tanto, a la no atención compartida. El especialista también ha señalado que no siempre los autistas tienen retraso mental, sino que de hecho "un porcentaje muy elevado de esos niños tienen una inteligencia muy alta".

Para abordar a los pacientes, ha señalado que "uno ha de usar el sentido común y tener en cuenta las fortalezas y debilidades de cada niño". En su opinión, "si uno quiere trabajar con un niño autista, tiene que conseguir que comience a comunicarse y mirar al otro, a entender las situaciones sociales y compartir". Una opción es "emplear sistemas alternativos, de señas incluso, para darle la posibilidad de comenzar a hablar progresivamente".

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