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Institutos Nacionales de la Salud
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Los jóvenes adultos con autismo son menos propensos a tener trabajo y a independizarse
Una encuesta observó cómo era la vida después de secundaria de unos jóvenes de veintitantos años con varios trastornos
Traducido del inglés: jueves, 19 de septiembre, 2013
Los estudios observaron con detalle el destino de una muestra nacional de jóvenes de veintitantos años que habían recibido servicios de educación especial en secundaria.
El primer estudio se centró en el empleo. Los investigadores hallaron que solo aproximadamente la mitad de los que tenían autismo consiguieron un trabajo desde que finalizaron secundaria, y solo alrededor de un tercio trabajaban en la actualidad.
E incluso peor, los adultos jóvenes con un trastorno del espectro autista tenían menos probabilidades de conseguir un trabajo asalariado que los de la misma edad que tenían otro tipo de discapacidad. Más del 80 por ciento de los que tenían dificultades con el habla y el lenguaje afirmaron haber tenido al menos un trabajo, por ejemplo, y el 62 por ciento de los que tenían discapacidades intelectuales habían trabajado alguna vez.
Cuando los chicos con autismo encontraban trabajo, ganaban menos dinero. En promedio, los adultos jóvenes con autismo ganaron 8.10 dólares a la hora, mientras que los que tenían otros tipos de discapacidades (incluyendo unos coeficientes intelectuales bajos, problemas de aprendizaje y dificultades para hablar y comunicarse) ganaron entre 11 y 12 dólares a la hora.
El segundo estudio se centró en cómo vivían. Los investigadores hallaron que solo el 17 por ciento de los adultos jóvenes con autismo, que tenían entre 21 y 25 años de edad, habían vivido alguna vez por su cuenta.
En comparación, el 66 por ciento de los niños con problemas de aprendizaje, como la dislexia, habían vivido por su cuenta, al igual que el 62 por ciento de los que tenían algún trastorno emocional, una categoría que incluye la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno bipolar y los trastornos de la alimentación. Incluso los que fueron etiquetados como discapacitados intelectuales, lo que significa que tenían un coeficiente intelectual (CI) bajo y un ritmo de procesamiento mental más lento, tenían aproximadamente el doble de probabilidades de vivir por su cuenta que los adultos jóvenes con autismo.
"Estos estudios tienden a ser algo deprimentes", afirmó el autor del estudio, Paul Shattuck, profesor asociado en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Drexel, en Filadelfia. "Pero quiero señalar que para cada uno de los niveles de funcionamiento que hemos estudiado, hay éxitos".
Shattuck comentó que incluso en los que tienen autismo de mayor gravedad (no tienen habilidades lingüísticas y tienen un bajo funcionamiento de la capacidad de pensamiento) "hay historias de éxito, así que nuestro trabajo es aumentar la tasa de éxito".
Shattuck dijo que otros estudios han mostrado que hacer que estos chicos con autismo participen en los clubs sociales, en actividades extracurriculares y en el servicio de la comunidad en secundaria puede aumentar sus probabilidades de tener amigos y empleo tras graduarse. Las prácticas en empresas y los trabajos después de la escuela también son claves.
"El mejor predictor de conseguir un trabajo después secundaria es conseguir un trabajo en secundaria", aseguró. "No hay ningún sustituto para la experiencia del mundo real".
Los estudios, que fueron publicados el 30 de agosto en la revista Autism, utilizaron los datos recogidos en un estudio de 10 años a nivel nacional de adolescentes que recibieron una educación especial en secundaria.
El foco de la investigación fue un grupo de 620 niños con trastornos del espectro autista. Los compararon con 450 chicos con discapacidades intelectuales, 410 con problemas de aprendizaje y 380 con trastornos emocionales. Los padres y, si era posible, los mismos jóvenes adultos respondieron a las preguntas sobre su estado cada dos años desde 2000 hasta 2009.
Un experto que no participó en los estudios alabó la investigación y dijo que están en sintonía con lo que él ve en el ejercicio de su profesión.
"Creo que estos artículos dan en el clavo", afirmó Alan Hilfer, director de psicología del Centro Médico Maimonides de Brooklyn en Nueva York.
Aunque los chicos con autismo pueden ser inteligentes y a veces tienen un funcionamiento muy bueno, pueden tener dificultades al desenvolverse en las situaciones sociales que requieren tacto y deferencia, señaló Hilfer.
"Tienen más dificultades al relacionarse con las personas que les rodean", afirmó. "Tienen problemas a la hora de interpretar ciertas circunstancias y, como resultado, permanecer en un trabajo o que les ofrezcan trabajos que se correspondan con sus habilidades a veces es algo difícil".
Hilfer dijo que los chicos con autismo requieren de tutorías, asesorías y consejerías intensivas que les ayuden a encontrar y mantener los trabajos.
Dado que hay aproximadamente 50,000 chicos con autismo que se gradúan de secundaria cada año, señaló Hilfer, esto es un problema en aumento que sigue sin afrontarse.
"Pienso que no tenemos suficientes programas con los que ofrecerles el respaldo que necesitan", afirmó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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