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ESPAÑA
NO HAY QUE ESPERAR COMO ANTES TRES MESES PARA RESOLVER EL PROBLEMA
La obstrucción precisa colocar de nuevo mallas suburetrales
por Laura Pérez Torres. Málaga | 14/06/2011 00:00
La obstrucción es la causa más frecuente de reintervención quirúrgica en sling suburetrales, por lo que en el LXXVI Congreso Nacional de Urología, que se ha celebrado en Málaga, los especialistas han debatido sobre el manejo de los fracasos de todos los tipos de cabestrillos.
Entre las causas más frecuentes por las que hay que volver a operar tras colocar una malla se encuentran "las estenosis verdaderas, prolapsos que han sido subestimados o una tensión exagerada en el cabestrillo", ha enumerado Paulo Palma, presidente de la Confederación Americana de Urología (CAU).
Los elementos que sostienen la uretra son dos principalmente: el ligamento pubouretral y el ligamento uretra-pélvico. "Debido a la teoría integral de la cura quirúrgica de la incontinencia urinaria, el cabestrillo está basado en la creación de neoligamentos artificiales", ha afirmado el experto brasileño y ha añadido que "en caso de que falle se necesita poner en práctica las tres erres: reevaluar, reajustar, si es posible, y reoperar, cuando se pueda".
Existen dos escenarios distintos: por un lado, el problema se puede ubicar en la fase de almacenamiento, que puede ser vesical o uretral, "en la que cobra importancia el papel de la fisoterapia, del tratamiento médico o la implantación de un nuevo cabestrillo; y el otro problema se centra en el vaciado: aquí se puede utilizar desde el cateterismo hasta la sección del cabestrillo, la uretrólisis o uretrotomía", ha explicado Paulo Palma.
Se desconoce qué tipo de cabestrillo es mejor: retropúbico, cinta transobturador o minicabestrillo, porque no hay un estudio comparativo que lo resuelva.
Autólogo
En cuanto al cabestrillo autólogo, "se trata de una cirugía máximamente invasiva y no hay ninguna evidencia de que sea una buena opción la malla de rescate, ya que la obstrucción con los autólogos es diez veces superior a los sintéticos", ha afirmado el presidente de la CAU, y ha recordado que "la mujer tiene una presentación clínica distinta a la del varón".
Cuando hay una obstrucción intravesical en la mujer los síntomas de la fase de llenado son los predominantes, especialmente la urgencia, la frecuencia o la infección urinaria.
Existe un cambio de paradigma para tratar la obstrucción intravesical: hay que tratar con brevedad. En el pasado, "cuando utilizábamos los cabestrillos autólogos esperaban hasta tres meses para intervenir; hoy sabemos que cuanto más precoz, mejor".
Y si se corta el cabestrillo, "la tasa de pacientes con incontinencia es menor al 10 por ciento".
Disfunción eréctil
Más de un 70 por ciento de los pacientes con insuficiencia renal crónica sufren disfunción eréctil (DE). "Se trata de una combinación de causas. Por un lado, por la propia enfermedad renal que se asocia a factores cardiovasculares, como hipertensión y diabetes y, por otro, a la propia diálisis y a la polimedicación a las que está sometido, sin olvidar el factor psicológico". Así lo ha señalado Ignacio Moncada, coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología.
Dos millones de españoles entre los 40 y 50 años padecen esta alteración sexual, pero sólo entre un 35 y un 40 por ciento consulta por este motivo al médico. En el caso de los pacientes con insuficiencia renal hay que añadir que, además, están preocupados por su enfermedad de base.
Sin embargo, como ha indicado, "hay que tener en cuenta que la sexualidad es un problema de salud para el que existen tratamientos eficaces y seguros y es importante desterrar los falsos mitos asociados a esta alteración. Muchos de los pacientes con insuficiencia renal son jóvenes a los que les preocupa la DE y demandan alguna solución".
Donante vivo
El 90 por ciento de los trasplantes de riñón proceden de donante cadáver, pero en los últimos cinco años ha aumentado el número de donantes vivos. Enrique Lledó, coordinador del Grupo de Trasplante de la Asociación Española de Urología, ha comentado que el trasplante renal es el más frecuente en nuestro país, con unas 2.200 intervenciones al año, seguido del de hígado (1.099), corazón (274) y pulmón (219). Debido a la escasez de órganos, hace dos años se inició un programa piloto de trasplante renal cruzado, que permite que una persona que necesita un riñón y cuente con un donante incompatible pueda intercambiarse los órganos con otra pareja en las mismas circunstancias.
Se trata de una modalidad de trasplante renal en vivo, con la peculiaridad de que se realiza entre un donante y un receptor que no se conocen, fruto de un intercambio entre los donantes respectivos de dos o más parejas: hermanos, padre-hijo, cónyuges, que son incompatibles, aunque también se dan casos en los que el donante es un amigo del paciente, sin vinculación por parentesco.
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