5 de cada 100 personas que pierden a un ser querido presentan síntomas graves de duelo patológico, que puede convertirse en depresión
Madrid (03-05/11/2012) - Redacción
Para el Dr. García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, "el duelo patológico es, inicialmente, una complicación del duelo normal y todavía no es una depresión, pero en poco tiempo puede presentar la duración y la intensidad y ser indistinguible de una depresión, con un tratamiento también similar: fármacos antidepresivos y psicoterapia
Como explica el doctor Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, "un duelo normal se asocia a síntomas de tristeza que no son incapacitantes y duran unos pocos días. Sólo cuando las circunstancias han sido especiales (como la muerte de un hijo, fallecimiento por suicidio, muerte inesperada o por enfermedad terminal dolorosa y de larga duración), la persona presentaba una relación de gran dependencia hacia el fallecido o alguna enfermedad psiquiátrica previa o existen sentimientos de culpa por alguna razón, tiende a aparecer un duelo patológico, que se caracteriza por mayor duración de los síntomas de tristeza y mayor intensidad".
El duelo es un proceso adaptativo normal ante una pérdida que tiene consecuencias psicológicas (tristeza), biológicas y sociales, suponiendo uno de los acontecimientos más estresantes que debe afrontar el ser humano. Sin embargo, no se considera una entidad patológica psiquiátrica.
Para García Campayo "el duelo patológico es, inicialmente, una complicación del duelo normal y todavía no es una depresión, pero en poco tiempo puede presentar la duración (al menos 2 semanas) y la intensidad (altera el funcionamiento laboral, social o familiar normal) y ser indistinguible de una depresión, con un tratamiento también similar: fármacos antidepresivos y psicoterapia, en este caso muy centrada en la pérdida".
Los especialistas coinciden en que es fundamental diagnosticar el tipo de duelo existente y en que no se deben tratar los procesos adaptativos normales, ya que todo el mundo tiene y debe asumir el pasarlo mal ante una pérdida, pero "cuando los síntomas de tristeza son duraderos (semanas) e incapacitantes, de modo que impidan realizar una vida laboral, social y familiar normal, se debe acudir al médico", concluye el psiquiatra García Campayo.
Conviene saber que el duelo no sólo se debe al fallecimiento de personas cercanas, entendido como un proceso de adaptación en una pérdida, sino que también se pueden experimentar los síntomas ante cualquier ausencia vital, como la pérdida del puesto de trabajo, discapacidad derivada de un accidente de tráfico, tras una mastectomía, etc., pudiendo cronificarse hasta convertirse en una patología que puede desencadenar en depresión.
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