“Es crucial la puesta en marcha de las medidas profilácticas y terapéuticas adecuadas para la dermatitis atópica”, según expertos
Madrid (28/11/2012) - Redacción
El 27 de noviembre se celebra el IV Día de la Dermatitis Atópica, impulsado por la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA) y con la colaboración de Astellas, Isdín, Leti, Stada y Web de la Salud
Aproximadamente un 10 por ciento de la población general tiene dermatitis atópica (DA), con una especial incidencia en niños y adolescentes; de hecho, se estima que supone hasta un 5 por ciento de las consultas pediátricas y la mitad de las consultas de Dermatología Pediátrica. Al dolor, picor y molestias físicas generales que provoca el que pasa por ser uno de los trastornos dermatológicos más frecuentes en nuestro medio, se unen los problemas psicológicos, la incomprensión y las limitaciones de todo tipo que sufren los pacientes. Para concienciar sobre este problema de salud, de creciente incidencia en nuestro país, se celebra el 27 de noviembre el IV Día de la Dermatitis Atópica, impulsado por la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA) y que cuenta con la colaboración de Astellas, Isdín, Leti, Stada y Web de la Salud.
Como resalta la presidenta de ADEA, Mercedes González Labrador, "la idea de celebrar un día de la Dermatitis Atópica es para dar a conocer la enfermedad, eliminar ciertos mitos y conocernos los enfermos cara a cara".
El picor es uno de los principales rasgos característicos de esta enfermedad y, sin duda, uno de los que más impacto psicológico y físico causa al paciente. Según la presidenta de ADEA, "el picor es el peor problema de los atópicos, puesto que convierte nuestro día a día en un infierno". Sin embargo, se queja, "lamentablemente los dermatólogo disponen de pocos recursos y suelen prescribir medicamentos que pueden producir una fuerte somnolencia para controlarnos el picor". El objetivo del 27 de noviembre es dar un toque de atención sobre esta situación, además de animar a la industria a crear nuevos medicamentos para resolver eficazmente este inconveniente.
Para la máxima responsable de ADEA, "es crucial insistir en la puesta en marcha de las medidas profilácticas y terapéuticas adecuadas". Y es que, a su juicio, "el paciente no siempre hace lo que (a juicio de la Medicina) más le conviene". Tal y como subraya la presidenta de ADEA, "como es una enfermedad crónica y sin cura conocida, todos los enfermos buscamos otras soluciones fuera de la Medicina tradicional. Aún no tenemos la conciencia de que es crónica, pero el mensaje que debemos dar es que se puede disfrutar de una buena calidad de vida siguiendo las recomendaciones médicas".
Lo que resulta evidente son las consecuencias nefastas y múltiples de esta enfermedad dermatológica. "La peor consecuencia es, sin duda, la desesperación", apunta Mercedes González, quien añade que "los familiares y los enfermos llegan a tener ataques de ansiedad por la intranquilidad que producen los brotes de dermatitis atópica y la desesperación de no poder terminar con ellos". Además, recalca, "muchos enfermos sufren brotes en la cara o zonas visibles del cuerpo, y eso afecta mucho a su seguridad personal y autoestima".
Un problema creciente y más con la crisis
La frecuencia de la dermatitis atópica se ha incrementado sustancialmente, de 2 a 5 veces, a nivel mundial en los últimos 20 años. El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos o los cambios ambientales que están sucediendo, así como la exposición temprana a pólenes, ácaros o alérgenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.
"Su alta frecuencia, su controvertido tratamiento, el impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida de padres e hijos y la cierta incomprensión y desconocimiento social que sigue existiendo en relación con este trastorno ponen de manifiesto la necesidad de convocar este Día de la dermatitis atópica", afirma la presidenta de ADEA. Según añade, "queremos hacer una llamada de atención sobre la dimensión que está adquiriendo un problema en claro crecimiento, para el que reclamamos una más seria dedicación en atención médica e investigación básica".
La crisis económica también impacta negativamente, y desde diferentes perspectivas, en la dermatitis atópica. Como denuncia la presidenta de ADEA, Mercedes González Labrador, "a los atópicos nunca nos han subvencionado las cremas emolientes, y eso es una pena porque para nosotros es fundamental tener la piel hidratada y necesitamos gastar mucho dinero en cremas". Pero, además, "ahora con la crisis todos los problemas se acentúan: a la falta de subvención de los productos que necesitamos, y a la pérdida adquisitiva de los pacientes, se le une el hecho de que es una enfermedad que se ve muy afectada por el estrés: a más estrés más brotes y, si no hay dinero, para cuidarse todo se vuelve más difícil".
Para el representante de ADEA, "uno de los aspectos más relevantes para los pacientes, y con consecuencias en la economía, es el elevado coste que tienen los productos para el tratamiento de la dermatitis, que requieren de un uso constante. En general, los pacientes se quejan de la falta de atención que las autoridades sanitarias prestan a esta enfermedad. Junto a este problema, otros hechos que causan inquietud entre los pacientes y sus familiares, como la frecuencia de los brotes y el nerviosismo que producen o la deficiente interpretación que hacen de las instrucciones que reciben del médico, todo lo cual hace que frecuentemente los pacientes busquen soluciones no siempre de eficacia contrastada.
Como resalta la presidenta de ADEA, Mercedes González Labrador, "la idea de celebrar un día de la Dermatitis Atópica es para dar a conocer la enfermedad, eliminar ciertos mitos y conocernos los enfermos cara a cara".
El picor es uno de los principales rasgos característicos de esta enfermedad y, sin duda, uno de los que más impacto psicológico y físico causa al paciente. Según la presidenta de ADEA, "el picor es el peor problema de los atópicos, puesto que convierte nuestro día a día en un infierno". Sin embargo, se queja, "lamentablemente los dermatólogo disponen de pocos recursos y suelen prescribir medicamentos que pueden producir una fuerte somnolencia para controlarnos el picor". El objetivo del 27 de noviembre es dar un toque de atención sobre esta situación, además de animar a la industria a crear nuevos medicamentos para resolver eficazmente este inconveniente.
Para la máxima responsable de ADEA, "es crucial insistir en la puesta en marcha de las medidas profilácticas y terapéuticas adecuadas". Y es que, a su juicio, "el paciente no siempre hace lo que (a juicio de la Medicina) más le conviene". Tal y como subraya la presidenta de ADEA, "como es una enfermedad crónica y sin cura conocida, todos los enfermos buscamos otras soluciones fuera de la Medicina tradicional. Aún no tenemos la conciencia de que es crónica, pero el mensaje que debemos dar es que se puede disfrutar de una buena calidad de vida siguiendo las recomendaciones médicas".
Lo que resulta evidente son las consecuencias nefastas y múltiples de esta enfermedad dermatológica. "La peor consecuencia es, sin duda, la desesperación", apunta Mercedes González, quien añade que "los familiares y los enfermos llegan a tener ataques de ansiedad por la intranquilidad que producen los brotes de dermatitis atópica y la desesperación de no poder terminar con ellos". Además, recalca, "muchos enfermos sufren brotes en la cara o zonas visibles del cuerpo, y eso afecta mucho a su seguridad personal y autoestima".
Un problema creciente y más con la crisis
La frecuencia de la dermatitis atópica se ha incrementado sustancialmente, de 2 a 5 veces, a nivel mundial en los últimos 20 años. El estilo de vida occidental, el aumento de la edad materna, la polución, el tabaquismo materno, la migración de áreas rurales hacia centros urbanos o los cambios ambientales que están sucediendo, así como la exposición temprana a pólenes, ácaros o alérgenos, están facilitando la extensión de esta enfermedad en individuos genéticamente susceptibles.
"Su alta frecuencia, su controvertido tratamiento, el impacto negativo que tiene sobre la calidad de vida de padres e hijos y la cierta incomprensión y desconocimiento social que sigue existiendo en relación con este trastorno ponen de manifiesto la necesidad de convocar este Día de la dermatitis atópica", afirma la presidenta de ADEA. Según añade, "queremos hacer una llamada de atención sobre la dimensión que está adquiriendo un problema en claro crecimiento, para el que reclamamos una más seria dedicación en atención médica e investigación básica".
La crisis económica también impacta negativamente, y desde diferentes perspectivas, en la dermatitis atópica. Como denuncia la presidenta de ADEA, Mercedes González Labrador, "a los atópicos nunca nos han subvencionado las cremas emolientes, y eso es una pena porque para nosotros es fundamental tener la piel hidratada y necesitamos gastar mucho dinero en cremas". Pero, además, "ahora con la crisis todos los problemas se acentúan: a la falta de subvención de los productos que necesitamos, y a la pérdida adquisitiva de los pacientes, se le une el hecho de que es una enfermedad que se ve muy afectada por el estrés: a más estrés más brotes y, si no hay dinero, para cuidarse todo se vuelve más difícil".
Para el representante de ADEA, "uno de los aspectos más relevantes para los pacientes, y con consecuencias en la economía, es el elevado coste que tienen los productos para el tratamiento de la dermatitis, que requieren de un uso constante. En general, los pacientes se quejan de la falta de atención que las autoridades sanitarias prestan a esta enfermedad. Junto a este problema, otros hechos que causan inquietud entre los pacientes y sus familiares, como la frecuencia de los brotes y el nerviosismo que producen o la deficiente interpretación que hacen de las instrucciones que reciben del médico, todo lo cual hace que frecuentemente los pacientes busquen soluciones no siempre de eficacia contrastada.
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