PREVENCIÓN | En el mundo
Cada cuatro segundos muere una persona por una infección
- Ocho millones de pacientes mueren de una sepsis cada año en el mundo
- La mayor agresividad de las técnicas quirúrgicas es uno de los factores
- Los expertos insisten en la importancia diagnosticar la sepsis cuanto antes
- Los hospitales españoles están intentando reducir esta tasa de mortalidad
Europa Press | Madrid
Actualizado viernes 13/09/2013 17:12 horas
Ocho millones de pacientes mueren de una infección grave, o sepsis, cada año en todo el mundo, lo que aproximadamente significa una persona cada cuatro segundos; un dato que se espera aumente en los próximos años.
En la última década, el número de pacientes se ha duplicado, y los estudios consideran que la tendencia seguirá al alza. "Los pacientes con sepsis no dejan de aumentar", confirma el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), Francisco Álvarez, para quien, coincidiendo con el Día Mundial de la sepsis, las previsiones "son poco halagüeñas".
Los factores que provocan este aumento son múltiples, explica Álvarez, destacando el incremento de la población de más de 70 años, los tratamientos de enfermedades crónicas que alargan la vida de los pacientes pero en condiciones de inmunodepresión, la mayor agresividad de las técnicas quirúrgicas, "que incrementa los tiempos de hospitalización y las complicaciones infecciosas", o la mayor utilización de técnicas invasivas, "como las sondas o los catéteres, que se asocian con infecciones por bacterias".
La sepsis es una dolencia crítica que se produce como respuesta a una infección que lesiona los tejidos y provoca un fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original, provocando un shock o fallo multiorgánico.
Por este motivo, quizá uno de los principales factores de su gravedad es el retraso del diagnóstico y tratamiento: "Por cada hora de retraso se incrementa su riesgo de muerte", explica Álvarez, quien considera "vital" para su control que "en cada hospital la sepsis se diagnostique y se trate precozmente, de manera que los enfermos no lleguen al grado de mayor complejidad y que, por tanto, sean menos los pacientes que necesiten entrar en la UCI".
Actualmente, los hospitales españoles ya están poniendo en marcha proyectos de innovación para intentar reducir la tasa de mortalidad de la enfermedad a menos del 20% en el año 2020 (actualmente es del 36%).
En España, y con el apoyo de la SEMICYUC y otras sociedades científicas, se mejora constantemente el proyecto Código Sepsis, un conjunto de protocolos y reacciones de actuación que pretenden ser comunes en todos los hospitales para diagnosticar, monitorizar y tratar la sepsis bajo una misma estrategia.
Aunque, para un mayor control, el presidente de la sociedad médica demanda una "educación sanitaria, desde los colegios, en la adolescencia, y en generar interés por el conocimiento de los signos de gravedad asociados a una infección".
Además, aboga por que "el personal sanitario informe a menudo a la población de riesgo, los pacientes inmunodeprimidos, trasplantados, diabéticos, cirróticos o ancianos, entre otros, sobre cuáles son los signos de gravedad ante cualquier infección que deberían ser motivo de aviso a los servicios sanitarios".
En la última década, el número de pacientes se ha duplicado, y los estudios consideran que la tendencia seguirá al alza. "Los pacientes con sepsis no dejan de aumentar", confirma el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), Francisco Álvarez, para quien, coincidiendo con el Día Mundial de la sepsis, las previsiones "son poco halagüeñas".
Los factores que provocan este aumento son múltiples, explica Álvarez, destacando el incremento de la población de más de 70 años, los tratamientos de enfermedades crónicas que alargan la vida de los pacientes pero en condiciones de inmunodepresión, la mayor agresividad de las técnicas quirúrgicas, "que incrementa los tiempos de hospitalización y las complicaciones infecciosas", o la mayor utilización de técnicas invasivas, "como las sondas o los catéteres, que se asocian con infecciones por bacterias".
La sepsis es una dolencia crítica que se produce como respuesta a una infección que lesiona los tejidos y provoca un fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original, provocando un shock o fallo multiorgánico.
Por este motivo, quizá uno de los principales factores de su gravedad es el retraso del diagnóstico y tratamiento: "Por cada hora de retraso se incrementa su riesgo de muerte", explica Álvarez, quien considera "vital" para su control que "en cada hospital la sepsis se diagnostique y se trate precozmente, de manera que los enfermos no lleguen al grado de mayor complejidad y que, por tanto, sean menos los pacientes que necesiten entrar en la UCI".
Más muertes que el cáncer
En España, afecta a 50.000 personas cada año, de las cuales 17.000 mueren; lo que significa que fallecen más personas por una sepsis que por cánceres como el de mama, colon, páncreas o próstata, y la mortalidad es 13 veces superior a la de los accidentes de tráfico.Actualmente, los hospitales españoles ya están poniendo en marcha proyectos de innovación para intentar reducir la tasa de mortalidad de la enfermedad a menos del 20% en el año 2020 (actualmente es del 36%).
En España, y con el apoyo de la SEMICYUC y otras sociedades científicas, se mejora constantemente el proyecto Código Sepsis, un conjunto de protocolos y reacciones de actuación que pretenden ser comunes en todos los hospitales para diagnosticar, monitorizar y tratar la sepsis bajo una misma estrategia.
Aunque, para un mayor control, el presidente de la sociedad médica demanda una "educación sanitaria, desde los colegios, en la adolescencia, y en generar interés por el conocimiento de los signos de gravedad asociados a una infección".
Además, aboga por que "el personal sanitario informe a menudo a la población de riesgo, los pacientes inmunodeprimidos, trasplantados, diabéticos, cirróticos o ancianos, entre otros, sobre cuáles son los signos de gravedad ante cualquier infección que deberían ser motivo de aviso a los servicios sanitarios".
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