Everolimus consigue revertir la resistencia a la terapia hormonal en cáncer de mama
Madrid (24/09/2013) - Silvia C. Carpallo
Afinitor, comercializado por Novartis, consigue una disminución del riesgo de progresión de la enfermedad del 62 por ciento, y según expertos podría suponer una reducción del 6 por ciento de la tasa absoluta de fallecimientos por cáncer de mama
Precisamente en un momento convulso, en el que el copago afecta ya también a tratamientos oncológicos, se aprueba en España el primer fármaco capaz de revertir la resistencia a la terapia hormonal como tratamiento del cáncer de mama avanzado HR+. Se trata de everolimus, comercializado por Novartis como Afinitor, y aprobado y financiado en nuestro país desde comienzos del verano.
Cada año se detectan una media de 27.000 a 28.000 nuevos casos de cáncer de mama en España, y si el primer objetivo obvio es la completa curación, la cronificación de la enfermedad es otra de las grandes metas ante esta lacra, que aún sigue siendo la primera causa de muerte en mujeres menores de 70 años. Aunque cada vez son menos las mujeres en las que la enfermedad evoluciona, hasta convertirse en metastásica, cuando lo hace, se considera una enfermedad incurable. Miguel Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en cáncer de mama, explicaba que es precisamente a este nicho de pacientes "a las que vamos a prolongarles la vida". El objetivo de esta nueva terapia combinada de Afinitor con la terapia hormonal, es por tanto el de retrasar la evolución de la enfermedad. Según Antonio Llombart, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "estos nuevos fármacos lo que están consiguiendo es retrasar la evolución de la enfermedad, hace años la esperanza de vida de una paciente con enfermedad metastásica era de entre 15 y 20 meses, y ahora estamos por encima de los 30 o 35".
Retrasar la quimioterapia
Si bien alrededor del 65 por ciento de las pacientes responde inicialmente a las terapias endocrinas- que al no ser intravenosas además aportan mejor calidad de vida a las enfermas- el problema está en que la mayor parte de los tumores acaban reaccionando creando algún mecanismo de resistencia para evitar este control hormonal. El objetivo de everolimus es por tanto, el bloquear mTOR, una enzima que regula una cascada metabólica fundamental en múltiples procesos tumorales, pero que es de especial importancia en el cáncer de mama. Según el estudio BOLERO 2, realizado en combinación con una segunda terapia hormonal (exemestano), en aquellas pacientes donde ya había fracaso previamente la terapia hormonal, este nuevo fármaco consiguió una disminución del riesgo de progresión de la enfermedad del 62 por ciento. El estudio también observa beneficios en cuanto a la supervivencia global, que según el Dr. Martín puede llegar a suponer una reducción "del 6 por ciento de la tasa absoluta de fallecimientos por cáncer de mama".
Así, Llombart por su parte señalaba que "no es que vayan a poder estar meses, es que estarán años con este tratamiento, lo que significa retrasar significativamente la quimioterapia". El siguiente paso es acotar aún más el grupo de pacientes que puede obtener mayores beneficios, teniendo en cuenta que sólo son candidatas aquellas mujeres que obtuvieran anteriormente éxito con la terapia hormonal, pero que hayan creado resistencia a la misma.
Un nuevo campo de investigación
Everolimus no es el único fármaco que ha competido en la carrera por conseguir revertir las resistencias a las terapias hormonales, pero si ha sido el primero en llegar a la meta. Desde finales de los 90's, este era uno de los objetivos claves en el tratamiento del cáncer de mama, y el hecho de haber conseguido por fin buenos resultados, supone además la apertura de un nuevo campo de investigación, y así lo hacía saber Eva López, directora médica de Novartis Oncology. Según la experta, gracias a la comercialización de Afinitor, es posible que antes de 2020 la compañía consiga otras 9 terapias para las pacientes de cáncer de mama.
Pese a las grandes expectativas, no hay que olvidar que este es precisamente un momento complejo para la Farmacia Hospitalaria, debido a la implantación de un nuevo copago en la misma. A este respecto, ambos doctores coincidían en que "el cáncer debería estar exento de copago". Miguel Martín matizaba explicando que si bien "el copago debe ser una medida disuasoria en tratamientos que no se usan bien", este concepto no tiene cabida en pacientes oncológicos. "Creo que no lo han pensado bien antes de legislar".
Cada año se detectan una media de 27.000 a 28.000 nuevos casos de cáncer de mama en España, y si el primer objetivo obvio es la completa curación, la cronificación de la enfermedad es otra de las grandes metas ante esta lacra, que aún sigue siendo la primera causa de muerte en mujeres menores de 70 años. Aunque cada vez son menos las mujeres en las que la enfermedad evoluciona, hasta convertirse en metastásica, cuando lo hace, se considera una enfermedad incurable. Miguel Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en cáncer de mama, explicaba que es precisamente a este nicho de pacientes "a las que vamos a prolongarles la vida". El objetivo de esta nueva terapia combinada de Afinitor con la terapia hormonal, es por tanto el de retrasar la evolución de la enfermedad. Según Antonio Llombart, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), "estos nuevos fármacos lo que están consiguiendo es retrasar la evolución de la enfermedad, hace años la esperanza de vida de una paciente con enfermedad metastásica era de entre 15 y 20 meses, y ahora estamos por encima de los 30 o 35".
Retrasar la quimioterapia
Si bien alrededor del 65 por ciento de las pacientes responde inicialmente a las terapias endocrinas- que al no ser intravenosas además aportan mejor calidad de vida a las enfermas- el problema está en que la mayor parte de los tumores acaban reaccionando creando algún mecanismo de resistencia para evitar este control hormonal. El objetivo de everolimus es por tanto, el bloquear mTOR, una enzima que regula una cascada metabólica fundamental en múltiples procesos tumorales, pero que es de especial importancia en el cáncer de mama. Según el estudio BOLERO 2, realizado en combinación con una segunda terapia hormonal (exemestano), en aquellas pacientes donde ya había fracaso previamente la terapia hormonal, este nuevo fármaco consiguió una disminución del riesgo de progresión de la enfermedad del 62 por ciento. El estudio también observa beneficios en cuanto a la supervivencia global, que según el Dr. Martín puede llegar a suponer una reducción "del 6 por ciento de la tasa absoluta de fallecimientos por cáncer de mama".
Así, Llombart por su parte señalaba que "no es que vayan a poder estar meses, es que estarán años con este tratamiento, lo que significa retrasar significativamente la quimioterapia". El siguiente paso es acotar aún más el grupo de pacientes que puede obtener mayores beneficios, teniendo en cuenta que sólo son candidatas aquellas mujeres que obtuvieran anteriormente éxito con la terapia hormonal, pero que hayan creado resistencia a la misma.
Un nuevo campo de investigación
Everolimus no es el único fármaco que ha competido en la carrera por conseguir revertir las resistencias a las terapias hormonales, pero si ha sido el primero en llegar a la meta. Desde finales de los 90's, este era uno de los objetivos claves en el tratamiento del cáncer de mama, y el hecho de haber conseguido por fin buenos resultados, supone además la apertura de un nuevo campo de investigación, y así lo hacía saber Eva López, directora médica de Novartis Oncology. Según la experta, gracias a la comercialización de Afinitor, es posible que antes de 2020 la compañía consiga otras 9 terapias para las pacientes de cáncer de mama.
Pese a las grandes expectativas, no hay que olvidar que este es precisamente un momento complejo para la Farmacia Hospitalaria, debido a la implantación de un nuevo copago en la misma. A este respecto, ambos doctores coincidían en que "el cáncer debería estar exento de copago". Miguel Martín matizaba explicando que si bien "el copago debe ser una medida disuasoria en tratamientos que no se usan bien", este concepto no tiene cabida en pacientes oncológicos. "Creo que no lo han pensado bien antes de legislar".
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