viernes, 13 de septiembre de 2013

Hacer cambios en las rutinas del hogar ayuda a reducir la obesidad de los niños, según un estudio: MedlinePlus

Hacer cambios en las rutinas del hogar ayuda a reducir la obesidad de los niños, según un estudio: MedlinePlus


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Hacer cambios en las rutinas del hogar ayuda a reducir la obesidad de los niños, según un estudio

Los padres que limitaron el tiempo de los niños delante de la televisión y aumentaron las horas de sueño consiguieron que el aumento excesivo de peso de los niños fuera menor
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_140576.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 12/10/2013)
Traducido del inglés: miércoles, 11 de septiembre, 2013HealthDay Logo
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MARTES, 10 de septiembre (HealthDay News) -- Hacer pequeños cambios en las rutinas del hogar, como limitar el tiempo delante de la televisión y aumentar el dedicado a dormir, puede ayudar a minimizar el exceso de peso de los niños con alto riesgo de obesidad, según una nueva investigación.
"Al mejorar las rutinas dentro del hogar se redujo el riesgo de la obesidad infantil", afirmó la investigadora del estudio, la Dra. Elsie Taveras, jefa de pediatría general en el Hospital General Pediátrico de Massachusetts, en Boston.
"Pudimos mejorar el tiempo dedicado a dormir (y) reducir el tiempo que pasan viendo la televisión, y pudimos demostrar que en el grupo de intervención, los niños tenían una tasa menor de aumento de peso", afirmó Taveras.
Aproximadamente el 17 por ciento de los niños y adolescentes estadounidenses son obesos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Y los niños procedentes de hogares con menos ingresos están particularmente en riesgo.
"Para cuando ya cumplen los 2 años de edad, vemos que las tasas de obesidad son más altas en las familias con menos ingresos y pertenecientes a minorías raciales y étnicas", señaló Taveras.
Tanto la falta de sueño como pasar demasiado "tiempo delante de la pantalla" están vinculados con la obesidad infantil. De modo que Taveras deseaba ver si hacer unas modificaciones sencillas en las rutinas del hogar podría provocar algún cambio.
Su equipo contó con 121 familias con hijos de 2 a 5 años de edad y asignaron a la mitad a hacer estos pequeños cambios con la ayuda de "consejeros de salud", que realizaron unas pocas visitas a la casa y unas llamadas telefónicas. A las otras familias se les proporcionó información sobre el desarrollo infantil, como, por ejemplo, jugar con un niño o una niña a fin de prepararle para ir a la escuela.
Casi la mitad de los niños ya tenían sobrepeso para su edad y sexo, anotaron los autores del estudio.
Después de seis meses, los niños del grupo de intervención dormían aproximadamente tres cuartos de hora más por la noche y veían la televisión una hora menos los fines de semana, según el estudio publicado en línea el 9 de septiembre en la revista JAMA Pediatrics.
De hecho, su tasa de aumento de peso fue más lenta: Después de seis meses, su índice de masa corporal (IMC), una medida del peso en relación con la estatura, había disminuido. La pérdida de peso no era el objetivo, enfatizaron los investigadores; solo un aumento de peso más saludable.
"No esperábamos que perdieran peso", afirmó Taveras. "Están creciendo en estatura y en peso. Nuestro objetivo era ralentizar el ritmo de su aumento".
Los cambios que hicieron las familias eran sencillos, indicó Taveras. Para animarles a dormir más, los padres podían dar a sus hijos un baño caliente o leerles un libro antes de dormir, lo que aclimata a los niños a la rutina y al tiempo que pasaban en la cama de forma constante. (Los expertos afirman que los niños de 2 a 5 años de edad necesitan dormir 11 horas o más para descansar bien.)
Los padres comentaron que con frecuencia usaban la televisión como modo de entretener a sus hijos mientras ellos hacían las tareas del hogar. Entonces, los investigadores proporcionaron a las familias unos juegos de artes y manualidades y sugirieron que los sustituyeran por la televisión.
Los investigadores también trazaron un mapa del barrio donde vivía cada familia, a fin de ayudarles a encontrar terrenos de juego y parques, como alternativas a ver la televisión.
Taveras señaló que los pediatras y otros proveedores de atención de salud podrían considerar la posibilidad de sugerir el programa (excepto los consejeros) a sus pacientes.
El estudio es importante, afirmó el Dr. Thomas Robinson, profesor de pediatría y medicina en la Universidad de Stanford y en el Hospital Pediátrico Lucile Packard de Stanford.
"Demuestra que es posible ejercer una influencia sobre algunas conductas importantes relacionadas con la salud (el sueño y el tiempo que se pasa viendo la televisión) y sobre el índice de masa corporal, con un programa de consejería para los padres de niños en edad preescolar", comentó.
"No ha sido fácil cambiar estas conductas y el IMC en un mundo donde se hace tanta publicidad de la comida basura y del tiempo delante de la pantalla, y las familias se enfrentan a grandes problemas económicos y sociales", señaló Robinson. "Pienso que es emocionante ver estudios como este, que muestran unos resultados positivos".
Sigue siendo necesario que se realicen muchas más investigaciones sobre "posibles soluciones", planteó Robinson. "Pero los estudios como este demuestran que la ciencia está progresando y que puede ayudarnos a diseñar programas que ayuden lentamente y de manera esperanzadora a revertir la epidemia de obesidad".
Las familias del estudio pertenecían mayoritariamente a minorías: Un poco más de la mitad de los niños eran hispanos, un tercio eran negros y aproximadamente un 15 por ciento se clasificaron como "otros". La intervención funcionó igual de bien en todos los grupos, indicó Taveras, pero no está claro qué tan bien funcionaría en familias con más recursos.
Otro experto que revisó los hallazgos comentó que el estudio tenía limitaciones.
"Pienso que los hallazgos son esperanzadores", afirmó Simone French, profesora de epidemiología y salud comunitaria y directora del Centro de Prevención de la Obesidad de la Universidad de Minnesota. "Los investigadores empiezan a darse cuenta de que el hogar es un lugar importante en el que intentar hacer intervenciones con los padres".
No obstante, afirmó, el estudio cuenta con limitaciones, como el hecho de que los padres mismos relataban los cambios, aunque sea una manera estándar de medir la conducta. En su opinión, los retos son, entre otros, la obtención de financiación para las visitas a los hogares a fin de que los padres puedan tener un respaldo para llevar a cabo los cambios.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Elsie Taveras, M.D., M.P.H., chief, general pediatrics, Massachusetts General Hospital for Children, Boston; Thomas Robinson, M.D., M.P.H., professor, pediatrics and medicine, director, Center for Healthy Weight, Stanford University and Lucile Packard Children's Hospital at Stanford, Calif.; Simone French, Ph.D., professor, epidemiology, and community health director, University of Minnesota Obesity Prevention Center, University of Minnesota School of Public Health, Minneapolis; Sept. 9, 2013, JAMA Pediatrics, online
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