Primer hospital público en tratar la adicción a Internet en EE UU
Los pacientes estarán ingresados y harán un programa intensivo de 10 días que cuesta 14.000 dólares
Carolina García Washington 6 SEP 2013 - 21:13 CET
La primera vez que el psicólogo Ivan Goldberg mencionó el término "adicción a Internet" fue en 1995 y sus compañeros de profesión no le dieron la mayor importancia en un momento en el que la Red daba sus primeros pasos a nivel global y se acercaba poco a poco al ciudadano de a pie. Dieciocho años después, y sin ser definido oficialmente como trastorno por parte de la comunidad de psiquiátrica de Estados Unidos (APA, por sus siglas en inglés) -en el nuevo manual DSM 5 publicado en mayo se define como una patología a revisar-, este lunes abre sus puertas el primer centro que trata a ciberadictos asentado en un hospital público del país -en Bradford, Pensilvania-.
"El mayor problema que tienen estos enfermos es el tiempo que pasan usando Internet. Existe una gran diferencia entre aquellos que a pesar de depender de la tecnología son capaces de encontrar un equilibrio con su vida y aquellos que son incapaces", explicó en un comunicado, Kimberly Young, psicóloga que lleva tratando a personas con esta adicción desde 1994 y fundadora del programa. Los pacientes que padecen la enfermedad, normalmente, mienten acerca de cuántas horas pasan en la Red y cómo este hecho interfiere en sus vidas.
La adicción a Internet se define como la incapacidad extrema para dejar de usar la Red; una conducta que afecta a la vida del individuo en todos los aspectos: social, familiar y personal. El perfil del adicto a Internet es un “hombre, joven y muy inteligente". "Normalmente, son tímidos y padecen baja autoestima. La mayoría están obsesionados con los juegos en línea más que estar enganchados a las redes sociales o a la pornografía", añadió la doctora.
Las consecuencias en la salud de este tipo de adicción son: la obesidad, la trombosis venosa (coágulo de sangre que se forma en una vena profunda del cuerpo) y el síndrome del túnel carpiano (afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento a partes de la mano).
Durante el programa, que es voluntario, el paciente estará ingresado durante 10 días. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva de los síntomas y la prohibición total de usar móviles inteligentes, tabletas y ordenadores. La primera etapa dura unas 72 horas. Tras estos tres días, los adictos se enfrentarán a sesiones de terapia conductual y educacional con la que se persigue modificar el comportamiento mediante técnicas específicas de control de impulsos.
El objetivo del programa es conseguir que los pacientes usen Internet de forma responsable. “Erradicar su uso no sería algo realista ni acorde con los tiempos actuales". China y Corea del Sur son líderes en este tipo de tratamiento, según informa REUTERS.
Al no estar incluida la adicción a Internet en el nuevo DSM 5, los seguros sanitarios estadounidenses no cubren el tratamiento. Aquellos que quieran acceder al programa tendrán que pagar unos 14.000 dólares de su bolsillo. Existen otros centros privados que tratan esta adicción en el país, en Estados como Illinois, Washington y Connecticut. Pero este, es el primero que se va a impartir en un hospital público y en el que los pacientes estarán ingresados "para acelerar su curación", concluyó Young, en el mismo texto.
"El mayor problema que tienen estos enfermos es el tiempo que pasan usando Internet. Existe una gran diferencia entre aquellos que a pesar de depender de la tecnología son capaces de encontrar un equilibrio con su vida y aquellos que son incapaces", explicó en un comunicado, Kimberly Young, psicóloga que lleva tratando a personas con esta adicción desde 1994 y fundadora del programa. Los pacientes que padecen la enfermedad, normalmente, mienten acerca de cuántas horas pasan en la Red y cómo este hecho interfiere en sus vidas.
La adicción a Internet se define como la incapacidad extrema para dejar de usar la Red; una conducta que afecta a la vida del individuo en todos los aspectos: social, familiar y personal. El perfil del adicto a Internet es un “hombre, joven y muy inteligente". "Normalmente, son tímidos y padecen baja autoestima. La mayoría están obsesionados con los juegos en línea más que estar enganchados a las redes sociales o a la pornografía", añadió la doctora.
Las consecuencias en la salud de este tipo de adicción son: la obesidad, la trombosis venosa (coágulo de sangre que se forma en una vena profunda del cuerpo) y el síndrome del túnel carpiano (afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento a partes de la mano).
Durante el programa, que es voluntario, el paciente estará ingresado durante 10 días. La primera fase consiste en una evaluación exhaustiva de los síntomas y la prohibición total de usar móviles inteligentes, tabletas y ordenadores. La primera etapa dura unas 72 horas. Tras estos tres días, los adictos se enfrentarán a sesiones de terapia conductual y educacional con la que se persigue modificar el comportamiento mediante técnicas específicas de control de impulsos.
El objetivo del programa es conseguir que los pacientes usen Internet de forma responsable. “Erradicar su uso no sería algo realista ni acorde con los tiempos actuales". China y Corea del Sur son líderes en este tipo de tratamiento, según informa REUTERS.
Al no estar incluida la adicción a Internet en el nuevo DSM 5, los seguros sanitarios estadounidenses no cubren el tratamiento. Aquellos que quieran acceder al programa tendrán que pagar unos 14.000 dólares de su bolsillo. Existen otros centros privados que tratan esta adicción en el país, en Estados como Illinois, Washington y Connecticut. Pero este, es el primero que se va a impartir en un hospital público y en el que los pacientes estarán ingresados "para acelerar su curación", concluyó Young, en el mismo texto.
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