Sanidad incorpora al arsenal terapéutico un antitumoral contra el cáncer de mama
El fármaco está indicado para pacientes con metástasis y tratamientos previos
Jaime Prats Valencia 4 SEP 2013 - 13:58 CET
El tratamiento del cáncer de mama cuenta desde este mes con un nuevo fármaco financiado por la red pública: la eribulina (Halaven en su nombre comercial). Después de una espera de más de dos años –fue autorizado en Europa en marzo de 2011- el Ministerio de Sanidad ha incorporado el uso de este compuesto para pacientes con tumores de pecho metastásicos o localmente avanzados que sigan progresando y que ya hayan recibido dos tratamientos previos.
La eribulina permite una supervivencia media de 2,7 meses más comparado con la evolución de las pacientes sometidas a la terapia de elección alternativa de su oncólogo, según los resultados de los ensayos clínicos diseñados por Eisiai, el laboratorio que ha desarrollado el fármaco. Este medicamento de quimioterapia es un análogo sintético de un precursor que se obtiene de una esponja de mar (Halichondria okedai) tóxica y muy común en la costa japonesa del Océano Pacífico.
“La eribulina responde a la necesidad urgente de nuevas opciones de tratamiento para las mujeres españolas con cáncer de mama avanzado que hayan recibido varios tratamientos previos”, insiste Javier Cortés, director del programa contra el cáncer de mama del Instituto de Oncología del hospital Vall d’Ebron de Barcelona. Cortés intervino como investigador principal en el diseño del principal estudio sobre el fármaco, en el que participaron más pacientes españoles que de cualquier otro país.
En especial, el medicamento se ha mostrado eficaz en las terapias dirigidas al grupo de pacientes con tumores HER2 negativos (aquellos que no sobreexpresan esta proteína). Hasta un 25% de los tumores de pecho son HER2 positivos. En España, el cáncer de mama es el mayor en incidencia entre las mujeres. Por ello, y a pesar de los avances en el tratamiento, también el que causa más fallecimientos junto al colorrectal (6.000 en 2008). Cada año se diagnostican 22.000 nuevos casos.
La eribulina permite una supervivencia media de 2,7 meses más comparado con la evolución de las pacientes sometidas a la terapia de elección alternativa de su oncólogo, según los resultados de los ensayos clínicos diseñados por Eisiai, el laboratorio que ha desarrollado el fármaco. Este medicamento de quimioterapia es un análogo sintético de un precursor que se obtiene de una esponja de mar (Halichondria okedai) tóxica y muy común en la costa japonesa del Océano Pacífico.
“La eribulina responde a la necesidad urgente de nuevas opciones de tratamiento para las mujeres españolas con cáncer de mama avanzado que hayan recibido varios tratamientos previos”, insiste Javier Cortés, director del programa contra el cáncer de mama del Instituto de Oncología del hospital Vall d’Ebron de Barcelona. Cortés intervino como investigador principal en el diseño del principal estudio sobre el fármaco, en el que participaron más pacientes españoles que de cualquier otro país.
En especial, el medicamento se ha mostrado eficaz en las terapias dirigidas al grupo de pacientes con tumores HER2 negativos (aquellos que no sobreexpresan esta proteína). Hasta un 25% de los tumores de pecho son HER2 positivos. En España, el cáncer de mama es el mayor en incidencia entre las mujeres. Por ello, y a pesar de los avances en el tratamiento, también el que causa más fallecimientos junto al colorrectal (6.000 en 2008). Cada año se diagnostican 22.000 nuevos casos.
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