Una vacuna terapéutica contra el melanoma llega a su fase de ensayos clínicos en humanos
10/09/2013 - E.P.
Diseñada para atacar el cáncer de piel la vacuna abre una puerta para el posible tratamiento de muchos tipos de cáncer y enfermedades inflamatorias
Un equipo multidisciplinar de científicos, ingenieros y médicos han anunciado el inicio de la fase I de los ensayos clínicos de una vacuna implantable para tratar el melanoma, la forma más letal de cáncer de piel.
El esfuerzo es el fruto de un nuevo modelo de investigación traslacional que se realiza en el Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada en la Biología de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, que integra las últimas investigaciones sobre el cáncer, con el desarrollo de tecnología inspirada en la biología.
El trabajo fue dirigido por el doctor David J. Mooney, profesor de Bioingeniería de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de Harvard, y Glenn Dranoff, el profesor del Centro de Vacuna contra el Cáncer del Instituto del Cáncer Dana-Farber, ambos miembros del Instituto Wyss.
La mayoría de vacunas terapéuticas contra el cáncer disponibles en la actualidad requieren que los médicos eliminen primero las células inmunes del paciente desde el organismo, para, a continuación, volver a programarlas y reintroducirlas de nuevo. "Nuestra vacuna fue posible gracias a la combinación de una amplia gama de conocimientos biomédicos que se desarrollaron en Boston y Cambridge", dijo Mooney, especialista en el diseño de biomateriales para ingeniería de tejidos y la administración de fármacos.
El nuevo enfoque, que se dio a conocer por primera vez en 2009 en Science Translational Medicine al eliminar tumores en modelos experimentales, utiliza una pequeña esponja en forma de disco del tamaño de una uña que está hecha de polímeros aprobados por la agencia norteamericana del medicamento (FDA). La esponja se implanta bajo la piel y está diseñada para reclutar y reprogramar las células inmunitarias del propio paciente 'in situ', haciéndoles que viajen a través del organismo, hacia donde se encuentran las células cancerosas, y las destruyan.
La tecnología fue inicialmente diseñada para combatir el melanoma, pero puede tener aplicación a otros tipos de cáncer. En el estudio preclínico publicado en Science Translational Medicine, el 50 por ciento de los modelos experimentales tratados con dos dosis de la vacuna, que de otra manera hubieran muerto de melanoma a los aproximadamente 25 días, mostraron una regresión completa del tumor.
"Se espera que esta sea la primera de muchas nuevas terapias innovadoras posibles usando el modelo de colaboración del Instituto Wyss de investigación traslacional que entra ahora en ensayos clínicos en humanos", destacó el director fundador de Wyss, Don Ingber, también profesor de Biología Vascular de la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital de Niños de Boston, y profesor de Bioingeniería de SEAS. "Es enormemente gratificante ver que es una de las primeras tecnologías en dar este gran paso adelante", añadió.
El Instituto Wyss cuenta con un consorcio de investigadores, ingenieros, médicos y personal con experiencia en el desarrollo industrial y empresarial del Instituto Wyss y otras nueve instituciones que colaboran en el área metropolitana de Boston.
"Es raro conseguir una nueva tecnología probada en el laboratorio y trasladarla a los ensayos clínicos en humanos con tanta rapidez", subrayó Dranoff, que también es profesor de Medicina en la Escuela Médica de Harvard y líder del Programa del Centro de Cáncer Dana-Farber/Harvard en Inmunología del Cáncer. "Estamos encantados con el impulso y entusiasmados con su potencial", afirmó.
El reclutamiento de participantes para el ensayo clínico ha comenzado recientemente bajo la dirección de Stephen F. Horo, director del Centro de Melanoma del Dana-Farber y profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. El objetivo de la fase I del estudio, que se espera que concluya en 2015, es evaluar la seguridad de la vacuna en seres humanos.
El esfuerzo es el fruto de un nuevo modelo de investigación traslacional que se realiza en el Instituto Wyss de Ingeniería Inspirada en la Biología de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, que integra las últimas investigaciones sobre el cáncer, con el desarrollo de tecnología inspirada en la biología.
El trabajo fue dirigido por el doctor David J. Mooney, profesor de Bioingeniería de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de Harvard, y Glenn Dranoff, el profesor del Centro de Vacuna contra el Cáncer del Instituto del Cáncer Dana-Farber, ambos miembros del Instituto Wyss.
La mayoría de vacunas terapéuticas contra el cáncer disponibles en la actualidad requieren que los médicos eliminen primero las células inmunes del paciente desde el organismo, para, a continuación, volver a programarlas y reintroducirlas de nuevo. "Nuestra vacuna fue posible gracias a la combinación de una amplia gama de conocimientos biomédicos que se desarrollaron en Boston y Cambridge", dijo Mooney, especialista en el diseño de biomateriales para ingeniería de tejidos y la administración de fármacos.
El nuevo enfoque, que se dio a conocer por primera vez en 2009 en Science Translational Medicine al eliminar tumores en modelos experimentales, utiliza una pequeña esponja en forma de disco del tamaño de una uña que está hecha de polímeros aprobados por la agencia norteamericana del medicamento (FDA). La esponja se implanta bajo la piel y está diseñada para reclutar y reprogramar las células inmunitarias del propio paciente 'in situ', haciéndoles que viajen a través del organismo, hacia donde se encuentran las células cancerosas, y las destruyan.
La tecnología fue inicialmente diseñada para combatir el melanoma, pero puede tener aplicación a otros tipos de cáncer. En el estudio preclínico publicado en Science Translational Medicine, el 50 por ciento de los modelos experimentales tratados con dos dosis de la vacuna, que de otra manera hubieran muerto de melanoma a los aproximadamente 25 días, mostraron una regresión completa del tumor.
"Se espera que esta sea la primera de muchas nuevas terapias innovadoras posibles usando el modelo de colaboración del Instituto Wyss de investigación traslacional que entra ahora en ensayos clínicos en humanos", destacó el director fundador de Wyss, Don Ingber, también profesor de Biología Vascular de la Facultad de Medicina de Harvard y el Hospital de Niños de Boston, y profesor de Bioingeniería de SEAS. "Es enormemente gratificante ver que es una de las primeras tecnologías en dar este gran paso adelante", añadió.
El Instituto Wyss cuenta con un consorcio de investigadores, ingenieros, médicos y personal con experiencia en el desarrollo industrial y empresarial del Instituto Wyss y otras nueve instituciones que colaboran en el área metropolitana de Boston.
"Es raro conseguir una nueva tecnología probada en el laboratorio y trasladarla a los ensayos clínicos en humanos con tanta rapidez", subrayó Dranoff, que también es profesor de Medicina en la Escuela Médica de Harvard y líder del Programa del Centro de Cáncer Dana-Farber/Harvard en Inmunología del Cáncer. "Estamos encantados con el impulso y entusiasmados con su potencial", afirmó.
El reclutamiento de participantes para el ensayo clínico ha comenzado recientemente bajo la dirección de Stephen F. Horo, director del Centro de Melanoma del Dana-Farber y profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. El objetivo de la fase I del estudio, que se espera que concluya en 2015, es evaluar la seguridad de la vacuna en seres humanos.
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