CORAZÓN | Aumentan los riesgos
Tras una muerte súbita hay que vigilar el corazón de la familia
Los parientes más cercanos de quien ha sufrido una muerte súbita cardiaca deberían vigilar de cerca su corazón. Esta es la advertencia que un equipo de investigadores daneses publica esta semana en la revista 'European Heart Journal'.
Según su trabajo, los familiares de primer y segundo grado de una persona fallecida en estas circunstancias tienen un riesgo mucho más elevado que el resto de padecer problemas cardiacos.
Los científicos han llegado a estas conclusiones después de realizar un seguimiento a las familias de las 470 víctimas menores de 35 años que fallecieron a causa de una muerte súbita en Dinamarca entre 2000 y 2006.
Durante once años, analizaron el caso de los parientes de primer y segundo grado y comprobaron la aparición de distintos tipos de problemas de corazón, ya fueran trastornos isquémicos, enfermedades del músculo del corazón (cardiomiopatías) o alteraciones en sistema de conducción eléctrico del corazón (arritmias).
Además, compararon los datos obtenidos con los de familiares de víctimas jóvenes que fallecieron por causas no cardiacas.
El análisis de los pacientes puso de manifiesto que los familiares de víctimas de muerte súbita menores de 35 años tenían tres veces más posibilidades de padecer cualquier tipo de enfermedad cardiovascular, hasta seis veces más riesgo de isquemias y 10 veces más probabilidad de sufrir cardiomiopatías y arritmias ventriculares, los trastornos de ritmo del corazón más peligrosos. Si los pacientes eran muy cercanos (de primer grado) y muy jóvenes, este riesgo aumentaba aún más, especialmente en el caso de los problemas musculares y las arritmias.
"Nuestros datos sugieren que la muerte súbica cardiaca tiene un importante componente hereditario", señalan en la revista médica los investigadores, quienes subrayan cuando se trata de personas muy jóvenes, la aparición de una enfermedad isquémica (habitualmente relacionada con hábitos de vida) suele deberse a condicionantes genéticos.
"Dado que las condiciones cardiacas que hemos observado son tratables, la identificación temprana de las personas en riesgo puede salvar vidas", señalan.
En ese sentido, recomiendan realizar un análisis en 'cascada' a las familias que hayan sufrido el fallecimiento de algún miembro por muerte súbita.
Según su trabajo, los familiares de primer y segundo grado de una persona fallecida en estas circunstancias tienen un riesgo mucho más elevado que el resto de padecer problemas cardiacos.
Los científicos han llegado a estas conclusiones después de realizar un seguimiento a las familias de las 470 víctimas menores de 35 años que fallecieron a causa de una muerte súbita en Dinamarca entre 2000 y 2006.
Durante once años, analizaron el caso de los parientes de primer y segundo grado y comprobaron la aparición de distintos tipos de problemas de corazón, ya fueran trastornos isquémicos, enfermedades del músculo del corazón (cardiomiopatías) o alteraciones en sistema de conducción eléctrico del corazón (arritmias).
Además, compararon los datos obtenidos con los de familiares de víctimas jóvenes que fallecieron por causas no cardiacas.
El análisis de los pacientes puso de manifiesto que los familiares de víctimas de muerte súbita menores de 35 años tenían tres veces más posibilidades de padecer cualquier tipo de enfermedad cardiovascular, hasta seis veces más riesgo de isquemias y 10 veces más probabilidad de sufrir cardiomiopatías y arritmias ventriculares, los trastornos de ritmo del corazón más peligrosos. Si los pacientes eran muy cercanos (de primer grado) y muy jóvenes, este riesgo aumentaba aún más, especialmente en el caso de los problemas musculares y las arritmias.
"Nuestros datos sugieren que la muerte súbica cardiaca tiene un importante componente hereditario", señalan en la revista médica los investigadores, quienes subrayan cuando se trata de personas muy jóvenes, la aparición de una enfermedad isquémica (habitualmente relacionada con hábitos de vida) suele deberse a condicionantes genéticos.
"Dado que las condiciones cardiacas que hemos observado son tratables, la identificación temprana de las personas en riesgo puede salvar vidas", señalan.
En ese sentido, recomiendan realizar un análisis en 'cascada' a las familias que hayan sufrido el fallecimiento de algún miembro por muerte súbita.
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