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Un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute constató que el consumo de alcohol está relacionado con la posibilidad de padecer cáncer de mama pero, además, manifestó la importancia que implica el momento de la vida en que se realiza su consumo.
Las conclusiones arrojaron que las mujeres que beben tienen un 34% más de posibilidades de tener cáncer de mama en comparación con aquellas que optan por bebidas no alcohólicas.
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De acuerdo con estos datos, el Dr. Ignacio Mc Lean, jefe del servicio de Patología Mamaria y director del Centro mamario del Hospital Austral, puntualizó: “Antes de publicarse estos resultados, ya se conocía la asociación entre el consumo de alcohol y el mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Hoy podemos rectificar que existe esta asociación, pero también que depende del volumen que se consuma. Esto quiere decir que cuanto mayor es la ingesta, mayor es el riesgo de cáncer de mama”.
Según los autores de la investigación, estudios previos habían demostrado que el alcohol consumido el año previo al embarazo de una mujer afecta al riesgo de padecer cáncer de mama, debido a que el tejido mamario es particularmente susceptible a agentes carcinógenos durante ese tiempo.
La Dra. Ying Liu, de la Escuela de Medicina de Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y sus colegas analizaron datos de 116.671 enfermeras de entre 25 y 44 años para publicar los resultados. Se basaron en el estudio de las historias médicas, reproductivas, los estilos de vidas y cuestionarios realizados a cada una de ellas.
Sin embargo, la ingesta de alcohol no es el único factor a considerar a la hora de incorporar medidas preventivas al estilo de vida. Hay que prestar atención a los antecedentes familiares, tratamientos hormonales de reemplazo (perimenopausia) que se hayan recibido y la realización de biopsias previas con lesiones pre-cancerígenas, todas ellas cuestiones que -según el Dr. Mc Lean-, “son mucho más relevantes que el exceso en la ingesta de alcohol”.
El especialista también remarcó que estos datos, fueron obtenidos de la población de países diferentes a la Argentina, donde el consumo de alcohol puede ser mayor, y asociado a otros factores que aumentan el riesgo de cáncer de mama, como la obesidad, el sedentarismo o el tabaquismo.
“De hecho, se desconoce la causa exacta que genera esta enfermedad, y por eso se habla de asociación y no de causa-efecto. Lo que sí sabemos es que beber en forma moderada no produce un aumento tan significativo”, completó.
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