La obesidad infantil se asocia también a problemas psicológicos

La obesidad puede desencadenar problemas psicológicos, como baja autestima, y físicos, como diabetes e hipertensión.

Santiago Rego. Santander | 13/09/2013 00:00

José Antonio Mateos, Luis Moreno, José Cavo y José Manuel Rivera han participado en el seminario Escuela de Nutrición Francisco Grande Covián,que se celebra en la UIMP de Santander. (Roberto Ruiz)

Cambiar los hábitos alimenticios es "complicado", y aunque las campañas contra la obesidad no hayan conseguido rebajar los índices de esta patología, en modo alguno puede abordarse un programa preventivo de estas características como "una batalla pérdida". Expertos en nutrición han asegurado que las instituciones deberían implicarse más y promover "las buenas prácticas" para prevenir no sólo la obesidad, sobre todo la infantil -presente en el 25 por ciento de los menores españoles-, sino también la desnutrición en las personas mayores, que "ya es relativamente frecuente". Así lo ha expuesto Luis Moreno, catedrático de Metodología de la Investigación de la Facultad de Medicina de Zaragoza. Moreno ha participado en la Escuela de Nutrición Grande Covián, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que se desarrolla con el patrocinio del Instituto Danone. Según el catedrático, la obesidad infantil "deriva en problemas psicológicos, como la baja autoestima, y físicos, como diabetes e hipertensión".

Las causas de la obesidad se deben principalmente a los nuevos hábitos. Moreno ha recordado que "la única prevención posible es la que combine una buena alimentación con la actividad física". A este respecto, José Manuel Ribera, catedrático emérito de Geriatría de la Universidad Complutense, ha coincidido en que con la crisis económica los "malos hábitos alimenticios se han extendido". Sin embargo, considera que la difícil coyuntura "también ofrece oportunidades: una de ellas es volver a la comida tradicional, a los platos de cuchara -buenos y baratos-, y que los médicos deberíamos recordar en las consultas". Ha aludido a la desnutrición en personas de avanzada edad, extremo "alarmantemente frecuente, aunque a ciertas edades es más saludable estar más rellenito que delgado, pero siempre asociándolo a un mínimo de ejercicio físico".

Por otra parte, también se ha abordado la presencia de los lácteos en una dieta saludable. José Ricardo Cabo, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Valencia, ha aconsejado consumir de dos a tres raciones diarias: cada ración puede consistir en dos yogures, un cuarto de litro de leche, 125 gramos de queso fresco ó 40 gramos de queso curado. "El yogur aporta proteínas de muy buena calidad, calcio y vitamina D en cantidades interesantes, ayuda a los microorganismos del intestino y favorece las defensas y al sistema inmunológico". Cabo ha destacado que su consumo previene la osteoporosis, equilibra el peso, ayuda a regular la glucemia y a disminuir la inflamación, así como a mejorar el sistema cardiovascular. José Antonio Mateos, médico y secretario general del Instituto Danone, ha añadido que "el calcio puede evitar la osteoporosis, la preeclampsia en el embarazo y el cáncer colorrectal. Existe evidencia de que sólo actividad física y calcio reducen el riesgo de este tipo de cáncer".