ESPAÑA
prolonga los beneficios al final de la terapia
Inmunoterapia contra gramíneas y ácaros
Varios estudios presentados en el XXX Congreso de la EAACI celebrado en Estambul, Turquía, demuestran la eficacia de las tabletas de inmunoterapia en alergia a gramíneas y ácaros, prolongando sus beneficios una vez acabado el tratamiento.
Sara Domingo. Estambul | 14/06/2011 11:27
En el simposio sobre "Comprimidos de inmunoterapia para gramíneas y ácaros: consolidando una nueva clase terapéutica", organizado por Stallergenes en el 30 Congreso de la EAACI, celebrado en Estambul (Turquía) se han presentado varios estudios en los que se manifiesta la eficacia en el tratamiento con inmunoterapia de la alergia al polen de gramíneas y los ácaros.
Un estudio en fase II/III ha demostrado que los efectos de la administración de dos dosis de 300IR y 500IR a pacientes adultos con rinitis alérgica relacionada con los ácaros del polvo doméstico se mantienen hasta el final del tratamiento y el siguiente año. Las diferencias entre la administración de 300IR o 500IR no fueron significativas.
El siguiente estudio centrado en la relación ente la enfermedad alérgica grave y la eficacia del tratamiento de comprimidos de inmunoterapia sublingual para ácaros del polvo, determinó que la dosis de 300RI tiene efectos significativos en el tratamiento y después de éste, incrementándose el beneficio de esta terapia en pacientes con rinitis más grave.
Por último, un estudio sobre la relación entre la gravedad de la alergia y la calidad de vida del paciente tratado con comprimidos sublinguales de inmunoterapia para rinitis inducida por ácaros determinó que la calidad de vida es mejorada con este tipo de terapia, siendo la mayor mejora relacionada con el sueño.
Desde que la inmunoterapia comenzó para tratar la alergia hace un siglo, los avances se han ido incrementando. La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de la inmunoterapia desde 1998 para casos en los que no funciona la farmacoterapia, cuando ésta provoca efectos secundarios indeseados o cuando el paciente no es capaz de seguir el tratamiento.
Aunque la forma de administración inicial era inyectada, a partir de los años 90 comenzó a desarrollarse la vía sublingual, en un primer momento con gotas y posteriormente con comprimidos. Esta vía de administración permite que las sustancias se absorban y lleguen más fácilmente a los ganglios linfáticos. "Se está experimentando con inyectar directamente los componentes alérgenos en los ganglios linfáticos, así como inmunoterapia para otras alergias como la dermatitis o las alergias alimentarias", ha anunciado Pascal Demoly, físico y alergólogo del Hospital Universitario de Montpellier (Francia) y presidente de la Sociedad Francesa de Alergología.
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