Estudian el papel de la testosterona
Hacia la confirmación de la teoría androgénica del autismo
Algunas estadísticas muestran que el autismo podría afectar a 9 hombres por cada mujer. Simon Baron-Cohen, de la Universidad de Cambridge, ha expuesto sus últimas investigaciones en Madrid.
Maria Sánchez-Monge | Maria.Sanchez@diariomedico.com | 05/11/2012 00:00
Simon Baron-Cohen, de la Universidad de Cambridge. (DM)
Para este experto, existen indicios de que "el autismo podría ser un extremo del perfil masculino". Ese cerebro masculinizado al máximo se plasmaría, en mayor o menor medida, en todo el espectro autista.
Una pista relevante, según ha precisado a DM, son las diferencias en los test psicológicos entre hombres y mujeres, "sobre todo en los test sobre empatía o interés en los sistemas". Los niños con trastornos del espectro autista "representarían el extremo, ya que son menos capaces de entender las emociones de otras personas y están más interesados en los objetos y en cómo funcionan".
Estas observaciones psicológicas tendrían su correlato en las evidencias biológicas sobre las diferencias sexuales en el desarrollo cerebral. "Un ejemplo es la amígdala, que es mayor en los chicos que en las chicas y, en los individuos con autismo, es todavía más grande". Por otro lado, "los chicos tienen un cerebro mayor y en el autismo se desarrolla aún más deprisa".
Incidencia
La epidemiología muestra un claro desequilibrio sexual, con cifras de incidencia de al menos cuatro hombres por cada mujer. El especialista de Cambridge ha advertido de que "esa estadística procede de estudios antiguos, de la época en que sólo se tenían en cuenta las formas más graves de autismo. Actualmente diagnosticamos casos más leves y algunas instituciones han publicado datos que sugieren que la tasa se situaría en nueve hombres por cada mujer".
No obstante, aún no se ha podido establecer de manera fehaciente una relación de causalidad que confirme la teoría del cerebro masculino extremo. El equipo de Baron-Cohen centra sus mayores esfuerzos en el estudio del papel de las hormonas sexuales y, en concreto, de la testosterona. "Estamos estudiando, en colaboración con equipos daneses, si los niños que desarrollan autismo tienen altos niveles de testosterona durante la gestación". Para ello analizan la presencia de la hormona en muestras de líquido amniótico de amniocentesis y las cotejan con los datos clínicos de los niños.
Baron-Cohen ha aclarado que no se trata de buscar ningún tipo de test prenatal o una posible intervención terapéutica, sino de investigar un posible origen del trastorno. Las investigaciones en animales sugieren que la testosterona podría jugar un papel clave en el desarrollo cerebral. En humanos, según el experto, sólo se ha comprobado "que mayores niveles de testosterona implican más rasgos autistas. No sabemos si significa autismo en sentido estricto". Los resultados de esta investigación se publicarán, previsiblemente, en los próximos meses.
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