El 69% de los diagnósticos iniciales de trastorno bipolar es incorrecto
Sitges (Barcelona) (13/11/2012) - Redacción
• Así se ha destacado en las VIII Jornadas Formativas para Residentes de Psiquiatría, organizadas por Lundbeck
• Los avances en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad, y su difícil diagnóstico, también se han abordado en unas jornadas a las que han asistido más de 550 residentes de Psiquiatría
Las VIII Jornadas Formativas para Residentes de Psiquiatría, organizadas por Lundbeck España, han querido poner de manifiesto la dificultad existente en el diagnóstico del trastorno bipolar (TB) y sus consecuencias, así como el abordaje integral de la patología.
Como explica el doctor José Manuel Montes, jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y uno de los coordinadores de las Jornadas, "el diagnóstico del trastorno bipolar tarda en realizarse en la práctica clínica hasta casi diez años desde el inicio de los síntomas. Los diagnósticos que más frecuentemente reciben estos pacientes son el de trastorno depresivo mayor, trastornos de ansiedad, esquizofrenia y otras psicosis, así como trastornos de personalidad".
Hasta el 69 por ciento de los pacientes con trastorno bipolar son diagnosticados incorrectamente, el 70 por ciento de ellos entre una y tres ocasiones, según los resultados de la 2000 National Depressive and Manic-Depressive Association (DMDA) Bipolar Survey.
Pero, ¿por qué se produce esta demora en el diagnóstico o tiene lugar un diagnóstico erróneo? "Las razones son variadas, incluyendo las dificultades en reconocer síntomas de manía/hipomanía o síntomas mixtos, tanto por los profesionales como por los pacientes, la amplia variedad de formas clínicas posibles, lo que obliga a la realización de un adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, psicosis, ansiedad....", explica Montes, para quien "el hecho de que la forma de presentación más frecuente del trastorno bipolar sea la clínica depresiva tampoco ayuda al diagnóstico".
Sin embargo, la correcta identificación de estos pacientes resulta fundamental también a la hora de poder realizar un adecuado tratamiento farmacológico, evitando la utilización de antidepresivos en monoterapia que provoquen un empeoramiento de la evolución del trastorno a corto y largo plazo.
Abordaje integral del trastorno bipolar
"El tratamiento integral del paciente con trastorno bipolar se basa en la combinación del tratamiento farmacológico con un tratamiento psicoeducativo que permita al paciente llevar una vida normal o "casi normal" adaptándose a las circunstancias que comporta la enfermedad", asegura el doctor Eduard Vieta, jefe de servicio de Psiquiatría y director de la Unidad de Trastorno Bipolar del Instituto de Neurociencias del Hospital Clínic de Barcelona.
El trastorno bipolar es un trastorno recurrente (más que la depresión unipolar) y crónico. Su evolución con un tratamiento adecuado es generalmente buena. Sin tratamiento, en cambio, la evolución suele ser muy negativa, con recaídas constantes y graves consecuencias familiares, laborales y sociales.
En opinión del doctor Vieta, "somos muy contundentes a la hora de tratar la enfermedad, pero por espacios demasiado cortos de tiempo. Nos iría bien mayor formación y mayor sutileza y continuidad en el manejo de los fármacos. También sufrimos dificultades para integrar los tratamientos psicológicos con lo farmacológicos y problemas derivados de tener dos redes disociadas, una para salud mental y otra para adicciones, cuando muchos pacientes presentan patología dual".
Además, el TB puede disminuir la esperanza de vida entre 13 y 30 años, ya que en el trastorno bipolar, la mortalidad está relacionada con causas no naturales, como el suicidio o los accidentes, pero más aún con causas naturales, fundamentalmente problemas cardiovasculares y endocrino-metabólicos. Las enfermedades que con más frecuencia se presentan en el paciente con trastorno bipolar son la obesidad mórbida, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras. Los problemas de abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, son mucho más frecuentes en el paciente con trastorno bipolar que en la población general, y esto también conlleva un alto riesgo de morbi-mortalidad.
Para Vieta, "es imprescindible abordar y prevenir estos problemas de salud física desde el inicio de la enfermedad bipolar, sin esperar a que estas complicaciones se desarrollen posteriormente".
Trastorno Límite de la Personalidad
En palabras del doctor José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría y director de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, "el TLP produce una severa limitación funcional y conlleva un marcado malestar emocional. Por lo general se asocia a fracaso escolar o laboral, grave distorsión de las relaciones familiares, abuso de drogas y alto riesgo de suicidio juvenil".
Con una prevalencia superior a la de la esquizofrenia o los trastornos bipolares, hasta hace poco no llegó a considerarse un verdadero problema médico. "Hoy es un hecho reconocido que muchas conductas impulsivas, agresivas y disruptivas tienen como base este trastorno. No obstante, no todas las conductas agresivas, impulsivas o disruptivas constituyen un TLP y uno de los retos principales de la investigación en este área es determinar los límites entre el trastorno límite de la personalidad y las conductas agresivas y antisociales que no se deben a un trastorno", explica.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la exploración psicopatológica y la historia clínica. El tratamiento fundamental se basa en la psicoterapia intensiva combinada con medicamentos que reduzcan la inestabilidad afectiva y la reactividad emocional, con el fin de mejorar el autocontrol y al desarrollo de la autoidentidad.
:: El Médico Interactivo :: El 69% de los diagnósticos iniciales de trastorno bipolar es incorrecto
Como explica el doctor José Manuel Montes, jefe de sección de Psiquiatría del Hospital Universitario del Sureste de Madrid y uno de los coordinadores de las Jornadas, "el diagnóstico del trastorno bipolar tarda en realizarse en la práctica clínica hasta casi diez años desde el inicio de los síntomas. Los diagnósticos que más frecuentemente reciben estos pacientes son el de trastorno depresivo mayor, trastornos de ansiedad, esquizofrenia y otras psicosis, así como trastornos de personalidad".
Hasta el 69 por ciento de los pacientes con trastorno bipolar son diagnosticados incorrectamente, el 70 por ciento de ellos entre una y tres ocasiones, según los resultados de la 2000 National Depressive and Manic-Depressive Association (DMDA) Bipolar Survey.
Pero, ¿por qué se produce esta demora en el diagnóstico o tiene lugar un diagnóstico erróneo? "Las razones son variadas, incluyendo las dificultades en reconocer síntomas de manía/hipomanía o síntomas mixtos, tanto por los profesionales como por los pacientes, la amplia variedad de formas clínicas posibles, lo que obliga a la realización de un adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, psicosis, ansiedad....", explica Montes, para quien "el hecho de que la forma de presentación más frecuente del trastorno bipolar sea la clínica depresiva tampoco ayuda al diagnóstico".
Sin embargo, la correcta identificación de estos pacientes resulta fundamental también a la hora de poder realizar un adecuado tratamiento farmacológico, evitando la utilización de antidepresivos en monoterapia que provoquen un empeoramiento de la evolución del trastorno a corto y largo plazo.
Abordaje integral del trastorno bipolar
"El tratamiento integral del paciente con trastorno bipolar se basa en la combinación del tratamiento farmacológico con un tratamiento psicoeducativo que permita al paciente llevar una vida normal o "casi normal" adaptándose a las circunstancias que comporta la enfermedad", asegura el doctor Eduard Vieta, jefe de servicio de Psiquiatría y director de la Unidad de Trastorno Bipolar del Instituto de Neurociencias del Hospital Clínic de Barcelona.
El trastorno bipolar es un trastorno recurrente (más que la depresión unipolar) y crónico. Su evolución con un tratamiento adecuado es generalmente buena. Sin tratamiento, en cambio, la evolución suele ser muy negativa, con recaídas constantes y graves consecuencias familiares, laborales y sociales.
En opinión del doctor Vieta, "somos muy contundentes a la hora de tratar la enfermedad, pero por espacios demasiado cortos de tiempo. Nos iría bien mayor formación y mayor sutileza y continuidad en el manejo de los fármacos. También sufrimos dificultades para integrar los tratamientos psicológicos con lo farmacológicos y problemas derivados de tener dos redes disociadas, una para salud mental y otra para adicciones, cuando muchos pacientes presentan patología dual".
Además, el TB puede disminuir la esperanza de vida entre 13 y 30 años, ya que en el trastorno bipolar, la mortalidad está relacionada con causas no naturales, como el suicidio o los accidentes, pero más aún con causas naturales, fundamentalmente problemas cardiovasculares y endocrino-metabólicos. Las enfermedades que con más frecuencia se presentan en el paciente con trastorno bipolar son la obesidad mórbida, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras. Los problemas de abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, son mucho más frecuentes en el paciente con trastorno bipolar que en la población general, y esto también conlleva un alto riesgo de morbi-mortalidad.
Para Vieta, "es imprescindible abordar y prevenir estos problemas de salud física desde el inicio de la enfermedad bipolar, sin esperar a que estas complicaciones se desarrollen posteriormente".
Trastorno Límite de la Personalidad
En palabras del doctor José Luis Carrasco, catedrático de Psiquiatría y director de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, "el TLP produce una severa limitación funcional y conlleva un marcado malestar emocional. Por lo general se asocia a fracaso escolar o laboral, grave distorsión de las relaciones familiares, abuso de drogas y alto riesgo de suicidio juvenil".
Con una prevalencia superior a la de la esquizofrenia o los trastornos bipolares, hasta hace poco no llegó a considerarse un verdadero problema médico. "Hoy es un hecho reconocido que muchas conductas impulsivas, agresivas y disruptivas tienen como base este trastorno. No obstante, no todas las conductas agresivas, impulsivas o disruptivas constituyen un TLP y uno de los retos principales de la investigación en este área es determinar los límites entre el trastorno límite de la personalidad y las conductas agresivas y antisociales que no se deben a un trastorno", explica.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la exploración psicopatológica y la historia clínica. El tratamiento fundamental se basa en la psicoterapia intensiva combinada con medicamentos que reduzcan la inestabilidad afectiva y la reactividad emocional, con el fin de mejorar el autocontrol y al desarrollo de la autoidentidad.
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