Un estudio vuelve a generar controversia en torno a las mamografías
27/11/2012 - E.P.
Junto con los datos obtenidos para el cáncer de próstata contradicen la creencia de que el cribado del cáncer es positivo para salva vidas una idea que está siendo constantemente cuestionada por los estudios que analizan los daños del cribado
Hasta un tercio de los tumores detectados a través de una mamografía rutinaria pueden no ser potencialmente mortales, según una revisión de estudios publicada en la revista The New England Journal of Medicine que vuelve a generar controversia sobre los beneficios del cribado del cáncer de mama.
El estudio, realizado por expertos del Instituto Dartmouth de New Hampshire y del St.Charles Health System de Oregon, en Estados Unidos, ha analizado datos de las tres últimas décadas y han comprobado que sólo en este país probablemente hubo más de un millón de mujeres erróneamente diagnosticadas de cáncer de mama, lo que las expuso de forma innecesaria a la angustia del diagnóstico y el tratamiento.
El doctor Gilbert Welch, uno de los autores de la investigación, explicaque el objetivo de su estudio era ver si, además de reducir la mortalidad por cáncer, los programas de cribado hacían posible reducir el número de diagnósticos tardíos, lo que favorecería un mejor abordaje terapéutico.
Para ello, revisaron los datos del censo y el uso médico del Gobierno, y compararon el diagnóstico de cáncer de mama entre 1976 y 1978, antes de que la mamografía se utilizara ampliamente, con los datos de 2006 a 2008, cuando las mamografías rutinarias ya se habían establecido.
De este modo, observaron que la introducción de los programas de cribado en Estados Unidos duplicaron el número de casos de cáncer de mama en etapa temprana detectados cada año. En cambio, el diagnóstico tardío de casos apenas disminuyó un 8 por ciento.
Para Welch, la eficacia real de estas técnicas es la posibilidad de detectar el cáncer en fases tempranas, cuando aún es más tratable.
Además, los investigadores estimaron que se diagnosticaron 1,3 millones de falsos positivos en los últimos 30 años y, sólo en 2008, se estima que el cáncer de mama fue diagnosticado en exceso en más de 70.000 mujeres, lo que representa el 31 por ciento de todos los cánceres de mama diagnosticados.
Welch dijo que los hallazgos no pueden responder a la pregunta de si las mujeres deben hacerse pruebas de detección para el cáncer de mama, ni sugiere que no hay beneficios, pero los resultados ponen en entredicho que las mamografías sean siempre acertadas.
Recientemente una investigación concluyó que al menos un millón de hombres estadounidenses habían sido sobrediagnosticados con cáncer de próstata desde la introducción en 1986 de la ampliamente utilizada prueba del PSA.
En lo que respecta al cáncer de mama, en 2009 un grupo consultivo del Gobierno de Estados Unidos recomendó que las mujeres comenzaran a someterse a mamografías rutinarias a partir de los 50 años en lugar de a los 40, en parte debido a que las pruebas tienen altas tasas de falsos positivos.
Esta conclusión, que se basó en una revisión de estudios publicados, contradijo años de mensajes sobre la necesidad de recomendar cribados del cáncer de mama a partir de los 40 años, y provocó una reacción de los médicos especialistas en cáncer y legisladores, que dijeron que para salvar vidas valía la pena arriesgarse a tener un número de falsos positivos.
Por su parte, en Reino Unido un panel independiente de asesores revisó los datos de 11 estudios que mostraban que por cada 10.000 mujeres de 50 años invitadas a hacerse una mamografía durante los próximos 20 años, el cribado evitaría 43 muertes pero se detectarían 129 casos de cáncer de mama falsos, lo que prueba como para evitar una muerte se daban tres falsos positivos.
El estudio, realizado por expertos del Instituto Dartmouth de New Hampshire y del St.Charles Health System de Oregon, en Estados Unidos, ha analizado datos de las tres últimas décadas y han comprobado que sólo en este país probablemente hubo más de un millón de mujeres erróneamente diagnosticadas de cáncer de mama, lo que las expuso de forma innecesaria a la angustia del diagnóstico y el tratamiento.
El doctor Gilbert Welch, uno de los autores de la investigación, explicaque el objetivo de su estudio era ver si, además de reducir la mortalidad por cáncer, los programas de cribado hacían posible reducir el número de diagnósticos tardíos, lo que favorecería un mejor abordaje terapéutico.
Para ello, revisaron los datos del censo y el uso médico del Gobierno, y compararon el diagnóstico de cáncer de mama entre 1976 y 1978, antes de que la mamografía se utilizara ampliamente, con los datos de 2006 a 2008, cuando las mamografías rutinarias ya se habían establecido.
De este modo, observaron que la introducción de los programas de cribado en Estados Unidos duplicaron el número de casos de cáncer de mama en etapa temprana detectados cada año. En cambio, el diagnóstico tardío de casos apenas disminuyó un 8 por ciento.
Para Welch, la eficacia real de estas técnicas es la posibilidad de detectar el cáncer en fases tempranas, cuando aún es más tratable.
Además, los investigadores estimaron que se diagnosticaron 1,3 millones de falsos positivos en los últimos 30 años y, sólo en 2008, se estima que el cáncer de mama fue diagnosticado en exceso en más de 70.000 mujeres, lo que representa el 31 por ciento de todos los cánceres de mama diagnosticados.
Welch dijo que los hallazgos no pueden responder a la pregunta de si las mujeres deben hacerse pruebas de detección para el cáncer de mama, ni sugiere que no hay beneficios, pero los resultados ponen en entredicho que las mamografías sean siempre acertadas.
Recientemente una investigación concluyó que al menos un millón de hombres estadounidenses habían sido sobrediagnosticados con cáncer de próstata desde la introducción en 1986 de la ampliamente utilizada prueba del PSA.
En lo que respecta al cáncer de mama, en 2009 un grupo consultivo del Gobierno de Estados Unidos recomendó que las mujeres comenzaran a someterse a mamografías rutinarias a partir de los 50 años en lugar de a los 40, en parte debido a que las pruebas tienen altas tasas de falsos positivos.
Esta conclusión, que se basó en una revisión de estudios publicados, contradijo años de mensajes sobre la necesidad de recomendar cribados del cáncer de mama a partir de los 40 años, y provocó una reacción de los médicos especialistas en cáncer y legisladores, que dijeron que para salvar vidas valía la pena arriesgarse a tener un número de falsos positivos.
Por su parte, en Reino Unido un panel independiente de asesores revisó los datos de 11 estudios que mostraban que por cada 10.000 mujeres de 50 años invitadas a hacerse una mamografía durante los próximos 20 años, el cribado evitaría 43 muertes pero se detectarían 129 casos de cáncer de mama falsos, lo que prueba como para evitar una muerte se daban tres falsos positivos.
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