martes, 18 de agosto de 2009

HIPOACUSIA

Prueba de hipoacusia infantil

Diariomedico.com
ESPAÑA
EL HOSPITAL SEVILLANO DE VALME, PIONERO
El programa de detección de sordera infantil ya se ha aplicado a 16.500 bebés andaluces
El Hospital Universitario de Valme, en Sevilla, fue pionero en la implantación del Programa de Detección Precoz de la Sordera Infantil del que ya se han beneficiado 16.500 bebés. Este programa preventivo fue impulsado por la Consejería de Salud de Andalucía en todos los centros del Sistema Sanitario Público.


Redacción - Martes, 18 de Agosto de 2009 - Actualizado a las 13:23h.


El programa tiene como objetivo detectar posibles déficits auditivos en los recién nacidos e iniciar el tratamiento y la rehabilitación lo antes posible.

Los resultados obtenidos desde su implantación en 2004 reflejan una incidencia de detección de hipoacusia severa de dos de cada mil neonatos. Para Juan Solanellas, jefe de sección del servicio de Otorrinolaringología, "la detección temprana es fundamental para su tratamiento puesto que esta patología en la infancia tiene unas repercusiones muy importantes sobre el habla, el desarrollo emocional, escolar y social del niño".

La prueba que se pone en práctica es un sencillo e indoloro procedimiento que consiste en la emisión de un sonido a través de un auricular que se coloca en el oído del bebé. Si la audición es normal, la prueba registra la presencia de una señal.

Para llevarla a cabo es necesario un protocolo de actuación que incluye tres filtros. El primero se realiza antes del alta del recién nacido y a los niños prematuros con un peso superior a dos kilogramos. Si de esta exploración inicial se obtiene una evaluación anormal, antes del segundo mes de vida el niño acudirá a otro control mediante cita en consulta. Si el resultado se mantiene, pasará por una tercera y definitiva exploración antes del sexto mes de vida. Tras ésta, podrá confirmarse la existencia o no de hipoacusia y se procederá con el tratamiento adecuado.

La hipoacusia en cifras
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra la incidencia de la hipoacusia o sordera en cinco de cada mil recién nacidos. En hipoacusias de moderadas a profundas la tasa oscila entre uno y tres por mil y si se habla de graves a profundas se llega a uno de cada mil recién nacidos. En España la incidencia de sordera grave es igual a la de la OMS: un niño de cada mil nace con hipoacusia severa. De sobra son conocidas las repercusiones que entraña esta anomalía en el normal desarrollo de una persona y que en el niño se traducen en adquisición tardía del lenguaje y del aprendizaje, por no hablar de los problemas de aislamiento social que se originan. El establecimiento de programas de cribado auditivo universal en neonatos ha supuesto que muchos de los niños que nacen con sordera, de diferente grado y etiología, sean diagnosticados y, lo que es más beneficioso, tratados personalizadamente de forma que su hipoacusia no suponga un obstáculo en su vida futura y la integración se produzca adecuadamente.

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