miércoles, 19 de agosto de 2009

ENDOMETRIOSIS



Endometriosis
Primer test para un doloroso mal femenino
Fabiola Czubaj
LA NACION

Noticias de Ciencia/Salud:Miércoles 19 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa

Dos equipos de investigadores europeos desarrollaron lo que se considera el primer test diagnóstico para un doloroso mal femenino: la endometriosis. Se trata de una enfermedad crónica del tejido que recubre la pared interna del útero, que puede llevar a la infertilidad y que en el país padecen alrededor de un millón de mujeres en edad reproductiva.
Las normas internacionales para su diagnóstico indican que, ante síntomas que sugieren la presencia de la enfermedad, hay que hacer un procedimiento quirúrgico costoso: la laparoscopia. Sin embargo, una mujer puede convivir entre 5 y 8 años con la enfermedad hasta recibir un diagnóstico definitivo.
El nuevo test, cuyo resultado se obtiene en sólo tres días, ayudaría a reducir el tiempo que las mujeres deben esperar hasta conocer qué les causa ese fuerte dolor que mes tras mes les condiciona su calidad de vida. "Nuestros resultados indican que sólo se perdería el 1% de los casos. Limitar las laparoscopias planificadas a las mujeres con un resultado positivo [del test] confirmaría la enfermedad en entre el 80 y el 90% de las pacientes", opinó el doctor Moamar Al-Jefout, profesor asistente de medicina reproductiva del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad Mu´tah, en Jordania.
Además, el investigador principal del equipo jordano y australiano que desarrolló la nueva prueba agregó: "Usar el test en los tratamientos de infertilidad disminuiría la cantidad de laparoscopias que se realizan, pero sin reducir la cantidad de mujeres en las que se diagnostica y se trata quirúrgicamente la endometriosis".
La prueba demora diez minutos y consiste en extraer una muestra del tejido que recubre la pared uterina mediante una cánula especial a través de la vagina (ver infografía). Luego, en el laboratorio, se analiza la muestra para determinar la cantidad de fibras nerviosas pequeñas.
Es que este primer estudio, realizado a doble ciego sobre 99 mujeres con dolor pélvico y/o infertilidad, demostró que la concentración de esas fibras aumenta en las pacientes con síntomas dolorosos, pero no en aquellas sin dolor y con problemas para quedar embarazadas.
Otro estudio, de un grupo de investigadores de Bélgica y Hungría, reveló con más precisión que la concentración de esas fibras es aproximadamente 14 veces mayor en las mujeres con endometriosis leve que en las mujeres sin la enfermedad.
"Observamos fibras nerviosas en las muestras del 90% de las pacientes con endometriosis. La densidad varió entre las muestras; pocos especímenes superaron las 30 fibras por milímetro cuadrado y la mayoría concentró hasta 10 por milímetro cuadrado. En las muestras de las mujeres sin endometriosis casi no se detectaron fibras", comentó a través de un comunicado de prensa el profesor Thomas D´Hooghe, autor principal del segundo estudio y coordinador del Centro de Fertilidad de la Universidad de Leuven, en Bélgica.
A diferencia del equipo de Al-Jefout, el grupo de D´Hooghe usó 40 muestras endometriales del banco de tejidos del centro universitario. Pertenecían a mujeres sanas y a mujeres con endometriosis diagnosticada por laparoscopia y análisis de laboratorio. Se obtuvieron en la segunda fase del ciclo menstrual, que es cuando el tejido endometrial es más grueso.
En el laboratorio se analizó toda la superficie de las muestras -no áreas elegidas al azar-, en las que se hallaron cuatro tipos de fibras nerviosas tras combinar tres marcadores, a diferencia del otro equipo, que había usado un solo marcador. Eso le proporcionó al test un 95% de sensibilidad y un 100% de especificidad.
"Es casi tan bueno como la laparoscopia, que sigue siendo el estudio diagnóstico de primera elección. Tener un 100% de sensibilidad significa que el test no dejará sin identificar a una sola mujer con endometriosis", señaló a LA NACION el doctor D´Hooghe, que preside el Consejo Asesor Internacional del Instituto para la Investigación en Primates, en Kenia.
A partir de ambos trabajos, que se publican hoy en Human Reproduction , los autores opinan que se podría contar con un método sencillo, confiable y económico para diagnosticar este problema, que hace que el tejido endometrial crezca en otros órganos, como la vejiga, los ovarios o los intestinos. De ahí que, por sus síntomas, se la confunda con otros trastornos.
"El colon irritable es el más frecuente, pero también están las infecciones urinarias, por el dolor recurrente de vejiga, aunque todos los cultivos suelen dar resultados negativos. El sobrediagnóstico, sin comprobación por laparoscopia ni biopsia, también es habitual", apuntó el doctor Felipe Jofré, jefe del Servicio de Ginecología del hospital B. Rivadavia y director del Endometriosis Group Argentina.
El médico, que no participó en los estudios pero accedió a los resultados, opinó que el test "es interesante porque propone un método diagnóstico alternativo a una cirugía y reaviva la utilidad de la biopsia de endometrio (...) Puede ser una opción válida porque incluyó la comprobación histopatológica en mujeres con la enfermedad. Identifica una anormalidad (mayor concentración de fibras nerviosas) asociada con la endometriosis".
Pero ¿por qué esas pacientes tienden a tener una mayor concentración de fibras nerviosas? "No lo sabemos", coincidieron Al-Jefout y D´Hooghe. "Pero sospechamos que tendrían un papel importante en la aparición del dolor o bien podrían potenciar el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos", amplió Al-Jefout.
Al preguntarle si recomendaría el test para todas las mujeres con síntomas, respondió con un enfático "Sí, en especial para aquellas con infertilidad o en aquellas en las que no se pueda hacer una laparoscopia". El equipo de D´Hooghe iniciará el mes que viene un estudio sobre 40 mujeres con endometriosis para validar el test. "Esperamos que luego la validen otros centros del mundo", finalizó D´Hooghe.
Jofre subrayó que, en efecto, se necesitan estudios más numerosos.
LOS SÍNTOMAS

Dismenorrea (dolor menstrual muy intenso).
Problemas para quedar embarazada.
Fuerte dolor pélvico, abdominal y de espalda.
Sangrados menstruales muy abundantes.
Dolor al defecar y al orinar.
Dolores durante y después de las relaciones sexuales.
Náuseas y vómitos.
Sensación de debilidad, fatiga y mareos.

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Fabiola Czubaj

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