ESPAÑA
LA PREVENCIÓN NO PUEDE DEPENDER sólo DEL MÉDICO
Las hormonas del estrés elevan el riesgo cardiovascular
El seguimiento de los estudios poblacionales de intervención es complicado por la dificultad que entraña revisar los datos de todos los involucrados, pero sí se ha comprobado que la intervención en los factores ambientales se traduce en un mejor control de los riesgos.
Clara Simón Vázquez - Lunes, 30 de Mayo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Ana Díez-Roux es profesora de Epidemiología en la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, y ha centrado su investigación en caracterizar cuáles son los factores ambientales más importantes para el riesgo cardiovascular y en facilitar la aplicación de las intervenciones clásicas desde el punto de vista individual.
La investigadora, en su visita al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, de Madrid, donde ha pronunciado una conferencia, ha recordado a Diario Médico que tradicionalmente la salud pública y la epidemiología cardiovascular se han centrado en factores de riesgo individuales: hiperlipidemia e hipertensión, sin olvidarse de la dieta y la actividad física. "Son factores importantes que están influidos por el ambiente en el que se encuentra una persona en el sentido amplio, tanto el físico como el social".
El médico de primaria tiene mucha importancia en cuestiones de educación de pacientes para la prevención, detección precoz y tratamiento
El físico incluye factores clásicos como la contaminación ambiental, que tiene efectos sobre la salud cardiovascular, y cuestiones que tienen que ver en cómo se diseñan los barrios: si se puede o no caminar y si es posible realizar actividades deportivas. "Esta cuestión tiene más relevancia en Estados Unidos que en Europa, donde tradicionalmente se puede caminar en las ciudades y disponen de espacios para el ejercicio físico".
Alimentación
Al hablar de factores de riesgo no se puede olvidar la alimentación: qué alimentos se venden y qué publicidad es la que está más presente. Con respecto al ambiente social, Díez-Roux se ha referido a los niveles de violencia y a las situaciones sociales que pueden ser estresantes, "que se manifiestan por la liberación de hormonas en escenarios de estrés. Las hormonas del estrés elevan el riesgo cardiovascular puesto que activan una serie de mecanismos que tienen que ver con cambios metabólicos y con la regulación de la glucosa y de la presión arterial. También intervienen en procesos inflamatorios y de hemostasis".
Una de las cuestiones que se están debatiendo en torno a la alimentación es que llevar una dieta sana es más cara que una más perjudicial. Por eso, "hay que ver cuáles son las medidas en las que se puede intervenir desde el punto de vista sanitario. Puede haber varios mecanismos, entre los que se encuentran las subvenciones".
La epidemióloga ha comentado que un ejemplo claro del impacto del ambiente sobre el riesgo cardiovascular es el tabaco. "Hemos visto que limitar el consumo del tabaco en lugares públicos se ha traducido en abandonos de este hábito y en descenso de ventas".
Progamas educativos
La educación es importante, sobre todo porque muchos hábitos saludables se establecen de forma muy temprana y luego se mantienen durante toda la vida. "Cuando se hacen muchas intervenciones desde el punto de vista educativo y no se interviene con medidas medioambientales, éstas no tendrán un efecto duradero".
Según Díez-Roux, esto es lo que ha ocurrido con la obesidad. "Los factores más importantes son los que tienen que ver con el ambiente en el sentido amplio; hay que intervenir a nivel poblacional, no sirve con hacerlo de forma individual".
En este contexto, el médico de primaria tiene mucha importancia en cuestiones de educación de pacientes para la prevención, detección precoz y tratamiento, cuando esté indicado.
Para la investigadora, la prevención no puede depender exclusivamente del sector médico; éste es muy importante, pero se tiene que hablar con otros implicados.
La Organización Mundial de la Salud ha puesto en marcha varios programas dirigidos al desarrollo de ciudades saludables, donde además tienen que estar involucradas las administraciones nacionales y locales.
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