miércoles, 18 de noviembre de 2009

DÍA EUROPEO PARA EL USO PRUDENTE DE ANTIBIÓTICOS


Presentación del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos

Diariomedico.com
ESPAÑA
DÍA EUROPEO PARA EL USO PRUDENTE DE ANTIBIÓTICOS
Investigación y diagnóstico rápido buscan frenar las bacterias resistentes
La resistencia a los antibióticos aumenta en todo el mundo, lo que unido a la escasez de nuevos antibióticos en perspectiva hace que algunos hablen de un regreso a la era preantibiótica. Catastrofismos aparte, lo cierto es que se trata de un problema grave y mundial, que se quiere dar a conocer con el Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos.


Sonia Moreno - Miércoles, 18 de Noviembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Se estima que la mitad de los pacientes ingresados en UCI con una infección están afectados por una bacteria multirresistente
2. El uso racional de los antimicrobianos, también por parte del paciente, y el lavado de manos son medidas factibles que ayudan a reducir las resistencias

Grave y mundial son los dos adjetivos para calificar el problema de las resistencias antibióticas que han estado en boca de todos los miembros de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa (Reipi) que han presentado el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, en las IV Jornadas Científicas de la red. Para ilustrar esa gravedad, José Campos, del Centro Europeo para la Vigilancia y el Control de las Enfermedades (ECDC), se ha hecho eco de la cifra difundida por la entidad europea en septiembre y que atribuye a las bacterias multirresistentes unos 25.000 fallecimientos anuales en Europa. Es una cantidad que podría estar a la baja, según matiza Campos, y en cualquier caso, "resulta difícil de determinar, pues también inciden patologías de base".

Jesús Rodríguez Baño, del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla, lo intenta con otra: "Más de la mitad de los ingresados en una unidad de cuidados intensivos por infección se debe a un microorganismo multirresistente. El problema de las resistencias bacterianas tiene un impacto tremendo en la labor diaria del clínico".

De entrada, el facultativo trabaja a ciegas: "En una infección grave, en el mejor de los casos, conocemos la etiología a las 48 horas, lo que a veces, ya es tarde", continúa Rodríguez Baño. De ahí que una línea de trabajo esencial en la red sea identificar las características clínicas que indiquen qué bacteria infecta. "También buscamos diseñar el diagnóstico rápido de las infecciones, mediante tendencias de Biología Molecular, para poder tener la respuesta en minutos, en lugar de horas", abunda Campos.

Siguiendo en el ámbito hospitalario, el coordinador científico de Reipi, Jerónimo Pachón, recuerda que el hecho de que un paciente esté infectado con una bacteria multirresistente no implica que no disponga de tratamiento, aunque sí lo complica. De hecho, otro de los objetivos de la red es evaluar diferentes combinaciones farmacológicas.

Entre los nombres propios de bacterias resistentes que más suenan, destaca Staphylococcus aureus resistente a meticilina (MRSA). Según la Red Europea Pública de Vigilancia de Resistencias, MRSA en aislados de sangre ha crecido un 14,2 por ciento en España entre 2002 y 2008. Frances Gudiol, del Hospital de Bellvitge, en Barcelona, recuerda que frente a MRSA se han adoptado en todo el mundo medidas para atajar los mecanismos de infección.

Otra bacteria preocupante es Pseudomonas aeruginosa, Gudiol recuerda que "curiosamente, no hemos observado grandes diferencias en mortalidad entre los pacientes en UCI infectados atendiendo a que P. aeruginosa sea o no resistente; no parece haber relación directa entre ello y el pronóstico de la infección, lo que ilustra lo complejo del problema". Se suman a ellos Acinetobacter baumannii y Escherichia coli; de esta última se ha establecido que la resistencia a quinolonas de los aislados de sangre ha crecido el 68,4 por ciento en seis años, y la resistencia a cefalosporinas de tercera generación se ha quintuplicado (del 1,6 por ciento en 2002 y al 9 por ciento en 2008), una de las proporciones más elevadas de Europa.

No parece que la llegada de nuevos antibióticos -a razón de 800 millones de € y una década de investigación para cada uno- vaya a ser la solución inmediata; en cambio, Rodríguez Baño recuerda que "tenemos que conocer mejor los mecanismos de resistencia, cómo se diseminan en la comunidad y en el medio hospitalario, y qué medidas son útiles para evitarla".

Entre las medidas aplicables, los especialistas destacan el uso prudente de los antibióticos, en lo que atañe a los médicos de atención primaria y a los propios pacientes, y las fórmulas de control de la infección, como el lavado de manos. Toda ayuda es poca, pues, como sintetiza el profesor de investigación del CSIC Jesús Blázquez, "ganaremos batallas, pero no la guerra contra las resistencias, porque son intrínsecas a la propia vida".

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