miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ensayan un tratamiento para el linfoma, pero sin quimioterapia


El oncólogo Leandro Cerchietti en su laboratorio, en Cornell
Foto: L.Cerchietti

Oncología / Se probará en 30 personas
Ensayan un tratamiento para el linfoma, pero sin quimioterapia
Se trata de una nueva droga que contribuyó a desarrollar un investigador argentino en los EE.UU.
Noticias de Ciencia/Salud: Miércoles 25 de noviembre de 2009 | Publicado en edición impresa
Gabriela Navarra
LA NACION

Un investigador argentino de 37 años, que hace poco más de siete vive en Nueva York, es -junto con una colega brasileña- el autor principal de una investigación publicada ayer en Nature Medicine que bien podría iniciar una nueva era en el tratamiento de los linfomas no Hodgkin, el cáncer hematológico (de linfocitos o glóbulos blancos) más frecuente en todo el mundo.

El oncólogo Leandro Cerchietti, nacido en Zárate, explicó a LA NACION por vía telefónica desde Nueva York que junto con un equipo de 60 científicos desarrollaron un nuevo tipo de droga, que han llamado PU-H71, y que con el aval de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos probarán en un ensayo clínico sobre unos 30 pacientes con linfoma intratable; es decir, que no respondieron al tratamiento convencional de quimioterapia.

"La droga que hemos desarrollado es biespecífica: afecta dos mecanismos distintos en la célula tumoral -dijo Cerchietti-. Por un lado, inhibe una proteína llamada chaperona 90, de la que se vale el cáncer para mantener su estructura y su malignidad; por otro, también inhibe la proteína BCL 6, que hace que las células tumorales «toleren» el daño al ADN que produce el cáncer sin intentar repararlo. Al inhibir estas dos proteínas, la célula tumoral detecta que «algo» está fallando, «censa» ese daño que antes toleraba y ordena su propia muerte, es decir, el proceso de apoptosis celular: la célula tumoral colapsa y se muere."

Ese mecanismo no había sido probado hasta ahora en el diseño de otras drogas contra el cáncer.

El investigador argentino añadió que la idea es tratar tumores sin quimioterapia, en una nueva estrategia que tiene como objetivo "usar" el daño del ADN que ya tiene la célula tumoral, pero a favor de la terapia.

"La quimioterapia -explicó- aumenta más ese daño en la célula cancerosa para disparar en ésta la apoptosis, pero desafortunadamente también daña las células normales. Lo que probamos en modelos preclínicos y con muy buenos resultados es que inhibiendo las dos proteínas que hacen que el tumor «tolere» el daño celular, la muerte de las células afectadas se dispara sin necesidad de quimioterapia."

En "yunta"
Los investigadores hallaron más: que la proteína chaperona 90 está en casi todas las células pero en los tumores sobreactivada mil veces o más y que, asociada con otra proteína, la BCL6, hacen "yunta" y permiten el desarrollo de varios tipos de cáncer.

"Esa asociación entre la chaperona 90 y la BCL6 se activa no sólo en los linfomas, sino también en al menos dos tipos de tumores más: el cáncer de mama y el de estómago. Pero cada mes recibimos comentarios de otros investigadores que encuentran la asociación entre ambas proteínas en otros tipos de cáncer. Pensamos que luego de estas primeras pruebas extenderemos la terapéutica a otros tumores. En linfomas, hasta el 80% podría responder a esta nueva alternativa, ya no sólo los intratables, sino también los iniciales."

El médico argentino, que trabajó una larga temporada en el Instituto Angel Roffo antes de su partida hacia los EE.UU, es instructor de Hematología y Oncología del Weill Cornell Medical College de la Universidad de Cornell de Nueva York. Esa división, dirigida por Ari Melnick, se asoció con el Departamento de Farmacología Molecular y Química del Sloan Kettering Institute, a cargo de la doctora Gabriela Chiosis y donde trabaja la brasileña Eloisi C. Lopes, autora principal con Cerchietti del trabajo aparecido en Nature Medicine .

La PU-H71 se administrará por vía endovenosa a los pacientes enrolados en el estudio, pero está en desarrollo una versión oral y se creó además una variante radiactiva de la droga.

"Eso permite ver cuándo llega al tumor -indicó Cerchietti-. En lugar de dar una dosis según el peso del paciente, administraremos la cantidad justa, determinando cuándo la droga ha inhibido las dos proteínas que mantienen en actividad el tumor."

Con la PU-H71, y otra similar en desarrollo, Cerchietti explicó que esperan "desterrar el uso de la quimioterapia o, al menos, disminuirla y hacerla mucho menos tóxica".

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Se trata de una nueva droga que contribuyó a desarrollar un investigador argentino en los EE.UU.

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