29 NOV 09 | Confiere al virus mayor penetración en las vías respiratorias
Una grave mutación del H1N1 se detecta en Francia
Dos fallecidos tenían la misma variante del virus que apareció en Noruega y otros países.
El País, Madrid
EMILIO DE BENITO Esta vez ha sido en Francia. Dos de las personas que han fallecido por la nueva gripe en el país tenían la misma mutación que se identificó el pasado día 20 en tres enfermos de Noruega (dos de ellos fallecidos), y que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, ya había sido detectada en pacientes de otros países (Brasil, China, Japón, México, Ucrania y EE UU).
La mutación confiere al virus la capacidad de penetrar más profundamente en las vías respiratorias, lo que lo hace más peligroso. Pero, hasta ahora, no hay evidencias de que se transmita entre personas. Parece, más bien, que es un cambio relativamente frecuente si se tiene en cuenta la cantidad de veces que se ha identificado, y grave.
Mientras no haya un contagio de la forma mutada entre personas, no aumentará el riesgo relativo de la enfermedad. Que la gripe causa complicaciones que suponen el fallecimiento de algunas personas ya se sabía; y que los virus mutan cuando comienzan su ciclo de proliferación dentro de una persona también. Es un puro proceso adaptativo: estos patógenos necesitan de los mecanismos intracelulares de sus anfitriones para reproducirse, y, por tanto, es ahí donde pueden ensayar cambios. El hecho de que esta mutación se haya identificado ya en la menos seis países sólo indica que es una de las que resulta viable para el microorganismo. Pero mientras no se contagie, no aumenta el riesgo de la enfermedad para la población en general (sí que se está demostrando que es un peligro para las personas que la sufren).
Ya cuando se supo del caso noruego hace una semana, la OMS comentó que era "difícil determinar" el impacto de este cambio, y apuntó a que, dado que el número de personas infectadas en el mundo es ya de millones, y que en cada una de ellas se pueden producir millones de mutaciones, la probabilidad de que la variante se repite aumenta.
Hasta ahora en Francia la gripe A ha causado la muerte a 76 personas, según el Ministerio de Sanidad francés.
Descubierta una mutación del H1N1 que agrava la enfermedad
El Instituto de Salud Pública noruego afirma que la variante no se propaga - Dos de las tres personas en las que se ha detectado el virus han muerto.
EMILIO DE BENITO - Madrid
Una escueta nota del Instituto de Salud Pública de Noruega publicada en su web a las 15.36 de ayer ha venido a alterar lo que estaba siendo un desarrollo casi normal de la pandemia de gripe. En ella, los científicos comunican que han hallado en tres pacientes un virus H1N1 con una mutación "de especial interés". Y, a continuación, explican por qué: "Se ha encontrado en dos pacientes que murieron de la nueva gripe A(H1N1) y en otro con una gripe grave".
Hasta aquí, el asunto parece extremadamente peligroso. El H1N1 ya tiene una gran capacidad para transmitirse (las tasas de infectados en Europa en estas fechas corresponden ya a la del pleno apogeo de una epidemia de gripe invernal de las consideradas fuertes), y si a esa propiedad se añade la de causar una enfermedad letal, el resultado sería la pandemia perfecta: rápida y mortal.
Pero en la breve nota, a continuación, las autoridades sanitarias noruegas añaden información tranquilizadora. La primera es que los dos muertos en los que han encontrado esta mutación son, precisamente, las dos primeras víctimas mortales asociadas a la nueva gripe del país. Después de ellos ha habido, al menos, otros 19 fallecimientos atribuidos al H1N1, según los datos remitidos al Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), que tiene su sede muy cerca, en Estocolmo (Suecia), y en ninguno se ha detectado la mutación.
70 análisis
La segunda es que "parece que el virus mutado no está circulando entre la población". "Hemos analizado unos 70 virus de casos confirmados en Noruega, pero sólo hemos encontrado la mutación en esos tres", ha dicho el director general del instituto, Geir Stene-Larsen.
La suma de estas dos condiciones parece apuntar a que la mutación ocurrió, pero no se ha propagado. Esto no es algo extraño en los virus. Estos microorganismos son tan aparentemente sencillos (apenas tienen una decena de genes) que cambian con facilidad. Eso los convierte en los parásitos perfectos. Lógicamente, la inmensa mayoría de los cambios son inviables, y ahí acaba la propagación del virus. Pero si la mutación es demasiado agresiva -y ésta parece que lo es- ellos mismos mueren de éxito: acaban demasiado pronto con el huésped, y no les da tiempo a completar su ciclo infeccioso y a trasladarse a otro.
Ésta podría ser la explicación de lo que ha pasado en Noruega: el virus mutó -no una, sino tres veces-, pero lo que resulta de este cambio es que "infecta las vías respiratorias más profundamente, y, por lo tanto, causa una enfermedad más grave".
Ésta es la tercera causa que, de momento, permite estar tranquilos. Según las autoridades noruegas, lo más probable es que la mutación se haya producido "espontáneamente dentro de los tres pacientes". Este proceso tampoco es excepcional: el virus no se mantiene inalterado una vez que entra en su huésped, sino que, por un puro proceso de selección natural, en su periplo sólo sobreviven las mutaciones que le hacen adaptarse mejor al organismo que está infectando.
La ministra de Sanidad española, Trinidad Jiménez, descartó ayer que haya habido posibilidad de que la mutación encontrada en Noruega se haya transmitido a España. "El Centro de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III ha revisado la información sobre este virus, y aquí no se ha encontrado nada parecido", redundó una portavoz del ministerio. "Aun así hay que mantener la vigilancia y nunca bajamos la guardia porque estamos ante un virus nuevo y la actitud de las autoridades sanitarias tiene que ser muy vigilante", insistió la ministra.
La información que empezó a circular ayer por la tarde contiene un añadido en la nota difundida por el Instituto de Salud Pública noruego que no está directamente relacionada con la amenaza que podría suponer una mutación del virus hacia una forma más letal. "No hay indicios de que este cambio en el virus tenga ninguna importancia para el efecto de la vacuna o del tratamiento antiviral", concluye Stene-Larsen.
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