martes, 10 de mayo de 2011

Nuevas directrices de prevención cardiovascular ponen más énfasis en consejos para la ‘vida real’ que en la investigación clínica

Nuevas directrices de prevención cardiovascular ponen más énfasis en consejos para la ‘vida real’ que en la investigación clínica
Reporte de la American Heart Association




Puntos de resumen:

•Nuevas directrices de prevención cardiovascular para mujeres ponen más énfasis en consejos que son útiles en la “vida real” que los basados en investigación clínica.
•Las investigaciones clínicas no siempre tienen en cuenta factores personales y socioeconómicos que impiden la adherencia a los consejos médicos.
•Ayudar a las mujeres y sus médicos a comprender sus riesgos es muy importante para prevenir las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares
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Haga clic aquí para más información y recursos multimediáticos: 2011 Women's Guidelines>> 2011 Women's Guidelines.

DALLAS, 15 de febrero, 2011 ― Los consejos médicos prácticos que son útiles en la “vida real” podrían ser más eficaces que las recomendaciones basadas solamente en estudios clínicos, de acuerdo a una versión actualizada de las directrices de la American Heart Association para la prevención de enfermedades cardiovasculares en mujeres.

Publicadas por primera vez en 1999, las versiones anteriores de las directrices se basaban principalmente en hallazgos observados en investigaciones clínicas. Sin embargo, la investigación clínica no siempre tiene en cuenta los factores personales y socioeconómicos que pueden obstaculizar la adherencia a los regímenes preventivos recomendados.

“Estas nuevas directrices subrayan el hecho de que los beneficios de medidas preventivas observados día a día en los consultorios médicos a menudo son inferiores a los beneficios reportados en las investigaciones”, dijo Lori Mosca, M.D., M.P.H., Ph.D., directora del comité de redacción de las directrices y asesora médica de Go Red For Women, una iniciativa de la American Heart Association. “Muchas de las mujeres atendidas en consultorios médicos son mayores de edad, más enfermas, y tienen más efectos secundarios que los pacientes que participan en estudios científicos. Factores como la pobreza, bajo nivel de alfabetización, enfermedades psiquiátricas, limitaciones con el inglés, y problemas de visión o audición también son desafíos para los médicos tratando de mejorar la salud cardiovascular de sus pacientes”.

Las directrices de 2011 identifican barreras que impiden que los pacientes y los médicos sigan las directrices médicas.

“La educación de la paciente sigue siendo esencial para una atención óptima”, dijo Mosca, directora de cardiología preventiva de New York-Presbyterian Hospital. “Iniciativas como Go Red for Women y programas para mejorar la calidad de atención médica, como Get With The Guidelines®, son componentes importantes en nuestros esfuerzos por ampliar el conocimiento y mejorar la adherencia de los pacientes y los proveedores”.

De acuerdo a Mosca, la comunicación entre el médico y la paciente es un importante primer paso.

“Si el médico no le pregunta a la mujer si ella está tomando su medicamento de manera regular, siguiendo recomendaciones de estilo de vida, o si está experimentando efectos secundarios, los problemas pueden quedarse sin detectar”, dijo Mosca. “Mejorar la adherencia a los medicamentos preventivos y a los estilos de vida recomendados es una de las mejores estrategias que tenemos para reducir la carga de la enfermedad cardiovascular en las mujeres”.

Las directrices incorporan enfermedades que están vinculadas a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres, incluyendo el lupus, la artritis reumatoide, y complicaciones del embarazo como la preeclampsia. Mosca dijo que las mujeres con antecedentes de preeclampsia tienen el doble del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, enfermedad del corazón o coágulos en los vasos sanguíneos hasta 15 años después del parto.

“Tradicionalmente, estas complicaciones no son lo primero que se le viene a la mente cuando uno piensa en los factores de riesgo cardiovasculares”, comentó Mosca “Pero si el médico no aborda el tema, la mujer debería preguntarle si complicaciones del embarazo, u otros problemas médicos que haya tenido, aumentan su riesgo de enfermedades del corazón”.

Las nuevas directrices también subrayan la importancia de reconocer la diversidad racial y su impacto sobre la enfermedad cardiovascular. Por ejemplo, la hipertensión es muy prevalente en mujeres afroamericanas y las mujeres mexicoamericanas tienen una alta tasa de diabetes.

La nueva publicación señala algunas terapias comúnmente recomendadas que todavía no cuentan con una base contundente de evidencias en cuanto a su eficacia y que hasta podrían ser perjudiciales: estas incluyen el uso de la terapia de reemplazo hormonal, los antioxidantes y el ácido fólico.

Las directrices incluyen una recomendación para la detección de depresión, porque si bien no se ha demostrado que el tratamiento de la depresión mejore la salud cardiovascular, la depresión puede hacer que una mujer sea menos propensa a seguir los consejos de su médico.

A pesar de continuos avances en el tratamiento de las enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, se necesitan más estudios, dijo Mosca. La tasa de muerte por enfermedad coronaria en las mujeres se redujo en dos terceras partes entre 1980 y 2007, debido tanto a mejores tratamientos como a una reducción en los factores de riesgo, de acuerdo a la American Heart Association. Sin embargo, la enfermedad cardiovascular cobra la vida de aproximadamente una mujer cada minuto en los Estados Unidos.

En futuros estudios, los investigadores deberían analizar la eficacia de intervenciones en diversas etapas de la vida de la mujer ― incluyendo la pubertad, embarazo y menopausia ― para identificar riesgos y oportunidades de prevención, comentó Mosca. También se necesitan más estudios específicos de género, especialmente con respecto a los riesgos asociados con terapias preventivas.

“Ahora que la ciencia ha demostrado que los beneficios a menudo son similares para hombres y mujeres, hay una necesidad de entender si los riesgos son también similares y aceptables”, dijo.

“Estas directrices son una arma crítica en la guerra contra las enfermedades del corazón, la primera causa de muerte en las mujeres”, dijo Mosca. “Se trata de una evolución importante en nuestra comprensión de las mujeres y las enfermedades del corazón. Quiero poner énfasis en la importancia de la concientización personal y la educación. A través de iniciativas como Go Red For Women, las mujeres tienen acceso a la información más reciente sobre la reducción de riesgo cardiovascular”.

Los otros autores son Emelia J. Benjamin, M.D., Sc.M.; Kathy Berra, M.S.N., N.P.; Judy L. Bezanson, D.S.N., C.N.S.-M.S.; Rowena J. Dolor, M.D., M.H.S.; Donald M. Lloyd-Jones, M.D., Sc.M.; L. Kristin Newby, M.D., M.H.S.; Ileana L. Piña, M.D., M.P.H.; Véronique L. Roger, M.D., M.P.H.; Leslee J. Shaw, Ph.D.; y Dong Zhao, M.D., Ph.D. Las notas de divulgación de los autores se encuentran en la publicación.

Nuevas directrices de prevención cardiovascular ponen más énfasis en consejos para la ‘vida real’ que en la investigación clínica

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