sábado, 21 de noviembre de 2009

“Las personas con enfermedades mentales se sienten más protegidas en las ciudades donde se produce menos discriminación”


EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
“Las personas con enfermedades mentales se sienten más protegidas en las ciudades donde se produce menos discriminación”, asegura Rojas Marcos

Nerea Garay

El profesor de Psiquiatría de la Universidad de Nueva York reconoce que dolencias como el Azheimer son el peaje a pagar por alargar la esperanza de vida



Bilbao (21/23-11-09).- “La ciudad tiene una gran tolerancia hacia el diferente, incluso la persona enferma mental se siente más segura. Por lo general, en una gran urbe se produce menos discriminación, hay más tolerancia hacia la diversidad. Por el contrario, en una zona rural, o ciudades pequeñas, no es que haya más o menos enfermedad, sino que las personas distintas, o que piensan de otro modo, lo tendrán más difícil. En este entorno se tiende a ocultar la enfermedad, al paciente porque se le ve como un problema a él y a su familia. Por eso está comprobado que los pacientes suelen sentirse más protegidas en la ciudad”, explica a EL MÉDICO INTERACTIVO el doctor Luis Rojas Marcos, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Nueva York.

El prestigioso psiquiatra ha participado en Bilbao en el acto de inauguración del curso de la Academía de Ciencia Médicas donde dictó una conferencia sobre “Salud mental en la sociedad actual”.

La población envejece a marchas aceleradas y los sistemas sanitarios tienen que prepararse a hacer frente a las dolencias que llegan como consecuencia de vivir más años. “La idea de que la población envejece es positiva en el sentido de que vivimos más. Cumplir cien años ya ha dejado de ser noticia en los medios de comunicación. En los últimos 70 ó 80 años la esperanza de vida se ha alargado muchísimo. Y esto sólo lo podemos ver como algo muy positivo, aunque hayan surgido enfermedades como el Alzheimer. Y es que hace décadas no teníamos que preocuparnos por estas dolencias de “viejos” ya que la población no sobrepasaba los 50 años”, reflexiona en voz alta Rojas Marcos.

Este especialista insiste a la hora de señalar que las nuevas enfermedades son el peaje que hay que pagar por alargar la esperanza de vida, que “en España es de las más altas del mundo, sobre todo en las mujeres, que hablan mucho. Porque hablar es muy positivo; es bueno para la presión arterial. Pero sí, -continúa explicando este psiquiatra- hay ciertas enfermedades que surgen a medida que vivimos más. Otras, que aparecen por exigencia del medio en el que vivimos”.

Por lo que se refiere al trastorno por déficit de atención, “hace décadas, cuando la educación era un privilegio de unos pocos y los niños no iban a clase porque tenían que ir al campo a trabajar, no existía el trastorno. Era impensable; no había que preocuparse por él, porque no existía. Hoy en día, con la universalización de la educación, que hace que todos los chavales deban estar en el aula hasta cierta edad, es cuando aparece este trastorno que probablemente antes también estaba ahí latente pero no se le detectaba. Por lo tanto, son trastornos unidos a la cultura, del mismo modo que el Alzheimer viene asociado a la prolongación de la vida”, explica Rojas Marcos.

Otro aspecto abordado en este encuentro fue el hecho de que el 20 por ciento de los jóvenes no salen de casa, ya que están “enganchados” 24 horas a Internet, a las redes sociales, con un problema de relación familiar, social. En este punto, el Dr. Rojas Marcos aseguró que “las estadísticas son usadas por unos para apoyar sus ideas y, por otros, para iluminarse en el sentido de entender el problema. Es cierto que la mayoría de los jóvenes utilizan con enorme facilitad Internet, pero lo usan para conectarse con los demás, para obtener información y, en el fondo, es positivo. Que haya algún adicto y que se quede en casa las 24 horas atado al ordenador es otra cosa, pero no creo que haya un 20 por ciento de nuestros jóvenes que se encierren y pierdan la relación con su entorno”, reconoce.

Para Rojas Marcos, en estas estadísticas interesadas subyace el miedo a lo desconocido. “Cuando se inventó la luz se pensaba que nos íbamos a quedar ciegos y así ha ido sucediendo con otros descubrimientos, como la TV, que se ha convertido en un instrumento de información sin el cual muchas personas no podrían vivir. Siempre –recalca el psiquiatra- ha existido un rechazo a lo nuevo y en esta línea van las informaciones tan alarmistas en torno a los jóvenes. Creo que la mayoría utilizan bien las nuevas tecnologías”, sentencia.

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